Una meteórica visita de Fraga para convertirse en Hijo Adoptivo

Las crónicas del momento recuerdan cómo fue la estancia del ministro de Turismo que inauguró el Hostal y recogió el título de Hermano Mayor del Longinos

J.A.G. Fotos cedidas por Manuel Fuentes

[Fotos de una visita de Manuel Fraga a Medina de Rioseco anterior]

Si ayer en este mismo periódico se informaba de que la Hermandad de la Crucifixión oficiará una misa por el eterno descanso del ex ministro de Información Turismo y fundador del partido Popular, Manuel Fraga, Hermano Mayor de la popular cofradía longinera, hoy, fecha del funeral del que también fuera presidente de la Xunta de Galicia, hemos desempolvado los periódicos provinciales y regionales que relataron cómo fue la visita de Fraga a Medina de Rioseco para inaugurar el Hostal Los Almirantes, recibir el título de Hijo Adoptivo de la ciudad y visitar sus monumentos más significativos. Todo ello en poco más de hora y media como reflejan fielmente las crónicas del momento, el 20 de febrero de 1967.

El que fuera alcalde [aunque no en el momento de la visita del ministro] Manuel Fuentes,  y corresponsal en esa fecha de El Norte de Castilla, recuerda el acontecimiento del que tuvo que hacerse eco en las páginas dell diario para el que colaboraba. “Fue una visita con una gran repercusión en todos los sentidos. Una repercusión social importante ya que tuvo una participación masiva. Visitó los lugares más importantes de Medina de Rioseco con lo cual se logró una gran difusión nacional, ya que las salidas de este ministro eran muy seguidas por la prensa. Era una época en la que hay que tener en cuenta que los grandes medios eran muy pocos y por lo tanto el seguimiento de la población era grandísimo. Fue un hito en Medina de Rioseco, un momento ilusionante para todos los que en ese momento representaban a la ciudad”, relata Fuentes, mientras de su archivo personal extrae fotografías que retratan el momento y recortes de prensa que resumen el viaje.

Cuando se le pregunta por posibles anécdotas, Manuel Fuentes es claro: “La anécdota con Fraga siempre era la misma: la velocidad que imprimía a todas sus visitas, la rapidez de sus intervenciones, y lo que más nos sorprendió fue que  él siempre decía que él recordaba haber venido a Rioseco en bicicleta y luego desde aquí ir a ver a su novia, en Sahagún. Nadie lo confrontó pero ahí está el detalle”.

La visita del entonces ministro de Turismo respondía a un viaje para inaugurar una serie de complejos hoteleros de la zona, entre los que destacaba el histórico Hostal de los Almirantes en Medina de Rioseco. Una crónica del ABC detalla la apretada agenda del controvertido político en la localidad riosecana. “En Medina de Rioseco asistió también a la inauguración del Hostal Los Almirantes. En el Ayuntamiento de esta última ciudad le fue entregado el título de hijo adoptivo de Medina de Rioseco, en un acto celebrado en la Casa Consistorial [con la presencia del alcalde Andrés Ferreras]. Posteriormente, el ministro había presidido la entrega de pergaminos de los concursos convocados por la CITE [Comisión Provincial de Información, Turismo y Educación Popular] para el año 1966”.

Durante la meteórica visita hubo también tiempo para que el presidente de la Hermandad del Longinos, en esa época Isidoro Fernández, entregara al político gallego el título de Hermano Mayor de Honor. “No son méritos sino vuestra cordialidad”, aseguró el ministro, según recoge Diario Regional en sus páginas. El ya longinero pudo visitar en la Capilla de los Pasos Grandes el conjunto titular de su cofradía, La Crucifixión. Por cierto, a su llegada a Madrid, un día más tarde, remitió un escrito de agradecimiento que aún conserva la cofradía y que dice: “A mi regreso a Madrid, me es muy grato reiterarle mi profundo agradecimiento por todas las atenciones que me ha dispensado durante mi breve estancia de ayer entre ustedes”.

Más información en La Voz [El Longinos pierde a su Hermano Mayor, Manuel Fraga]

Manuel Fraga, en el centro, por la calle Mayor riosecana.

El discurso de Fraga
Es objetivo de La Voz, y recogido en su línea editorial, convertirse o al menos aspirar a ser cronistas de una época. Por eso nos ha parecido interesante incluir el discurso que el entonces ministro de Turismo, Manuel Fraga, pronunció durante su visita en febrero de 1967 a Medina de Rioseco y que recogió El Norte de Castilla en su edición del 21 de febrero del citado año. “Todo el ambiente trasfunde grandeza, generosidad y señorío en esta Medina de Rioseco que a lo largo de la historia no ha sido fortaleza sino camino. Nudo de comunicaciones y cauce de las gentes que atravesaban – que atraviesan – la Tierra de Campos. Medina de Rioseco es la ciudad de los Almirantes desde que hicieran de ella su feudo hincando las raíces de su grandeza los Enríquez, Almirantes de Castilla. Me satisface grandemente destacar ante ustedes poseedores de tan grandes tesoros, el patrimonio artístico con cuenta este lugar donde un pueblo en el momento de su más exaltado misticismo, levantó jubilosos templos; Santa María de Mediavilla, en el que se conjugan el gótico con la ornamentación renacentista italiana, aquí tenía su taller el escultor Juni, a esta ciudad dedicó Arfe una de las más grandiosas custodias procesionales.

En estos campos llanos donde bajo la mirada solícita de doña Magdalena de Ulloa a la sombra del alcázar de Villagarcía  de Campos se hizo hombre Don Juan de Austria en lugares tan rebosantes de historia y belleza reina  el maravilloso silencio para la oración y bellas perspectivas de los alcores para las horas de recreo’, según pensaron los primeros cenobitas franciscanos de Nuestra Señora de la Esperanza de Valdescopezo. Cuando el cambista Álvaro de Benavente, lleno de años y cansado del tráfago de los negocios no acarició otro pensamiento que emplear gran parte de su hacienda en levantar una capilla en honor y alabanza de la Santísima Virgen que al propio tiempo le sirviese de suntuoso enterramiento familiar, tal vez no pensó en el gran legado que dejaba a los vecinos de Medina de Rioseco, poseedores de una joya tan suntuosa y rica que además de ser ornato de la dicha iglesia de Santa María de Mediavilla e acrecentamiento de ella e no en disminución es uno de los elementos diferenciales que Medina de Rioseco puede ofrecer a los visitantes del mundo entero. Este lugar, donde se oye el latido del corazón de España, merece alojar dignamente a los que lleguen ávidos de su paz y riqueza espiritual, donde puedan reposar y meditar, tras el paso de sus Cofradías del Jueves Santo, los viajeros que llegan de toda la provincia, de Valladolid y, ahora, en creciente afluencia, de toda España y del extranjero.

El Hostal Los Almirantes, cuyo sonoro nombre honra la historia de Medina de Rioseco, es el alojamiento que necesitaba esta villa. El huésped que llegue a esta encrucijada de los caminos de Castilla, podrá descansar de su viaje para mejor extasiarse después ante los prodigios de la capilla de los Benavente, cuyo oro fue ennegrecido por las tropas napoleónicas. Iglesia de Santiago, clásica, gótica, renacentista y barroca a la vez. Templo de Santa Cruz, el de los gremios, junto a las artesanas rúas de porches corridos y tiendas angostas que antaño fueron escenario de las famosas ferias. El pasado y el presente glorioso de España que se funden en esta tierra castellana, ayer camino de monjes y agentes de armas, y –hoy- de esta invasión de paz que es el turismo, se hace realidad en un hostal que desde hoy permitirá a estos castellanos, con su tradición de la noble hospitalidad, ejercer noblemente la virtud y el arte de mostrar sus tesoros a los pueblos y reconfortar a sus huéspedes con el sabor de su vino recio que acompaña los asados y el dulzor de sus pasteles de Marina”. La crónica finaliza así: “Una gran ovación sonó al finalizar el ministro su discurso. A continuación se sirvió un vino español”.

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