El «hijo pródigo» que vuelve a Rioseco como pintor

Moncho Margareto es bien conocido por su faceta cineasta, pero el artista riosecano siempre se ha sentido seducido por la pintura. En su localidad natal, Rioseco y con tan solo 12 años expuso por primera vez, junto a su primo Juan Amigo. Desde entonces nunca ha dejado de pintar y, por supuesto, tampoco de dirigir (películas). Ahí está su Goya al mejor corto documental por su Memorias de un cine de provincias.

Pero ha sido en el último lustro, cuando Moncho Margareto se ha volcado en su vena artística pictórica, especialmente con su Geopop Art y que define como “un nuevo movimiento artístico resultante de la mezcla de la Abstracción Geométrica y el Pop Art”. Hasta el 16 de marzo se podrá visitar una muestra en la sala de exposiciones de la oficina de Turismo donde, a través de 16 obras, hace un repaso a su trayectoria pictórica.

Durante la inauguración de la muestra, en la que estuvo acompañado del teniente de alcalde, David Esteban y el coordinador de Cultura, Jesús Amigo (también artista), Moncho Margareto se mostró “emocionado” por exponer en su tierra. El pintor hizo un repaso por las cinco series que conforman su GeoPop Art.

“En 2010 surgía la primera colección GeoPop Art1 Séptimo arte, muy relacionado con el cine. En 2011 llegaba Ciclo de la vida, con esos campos de amapolas geométricas. 2012 era el año de Magia y Arca de Noé llegó en 2013. En 2014 se creó Génesis y su nuevo planeta Geopoplandia y el pasado año se pintaba La revolución de las especies, con esos seres que habitan en mi planeta”, relata Margareto.

Por su parte, David Esteban señaló “la vuelta del hijo pródigo” y recordó que Moncho Margareto, “un riosecano de pro”, vivió en la Ciudad de los Almirantes hasta los 14 años. El concejal calificó al pintor y cineasta como un “artista integral”, algo que propio Moncho Margareto situó en sus orígenes: “Rioseco es un buen caldo de cultivo, que ha dado muchos renacentistas que se dedican a varias disciplinas del arte”. Por último, Margareto definió su obra como “colorida, alegre, descarada y con sentido del humor”; Esteban añadió: “bonita, fresca, innovadora y contemporánea”.