Una tertulia cofrade en cada esquina de Rioseco


Teresa Casquete Rodríguez. Historiadora del Arte.

eccehomoUna de las señales más claras de que nuestra Semana Santa sigue viva son los debates que cada año se organizan sobre ella, espontáneamente, en calles, plazas, bares, sobremesas caseras y ahora también en las redes sociales. El tema suele ser de lo más variado: desde el orden en las procesiones, a los horarios de término de las mismas, pasando por el número de niños que tiene que participar en los Gremios, el largo de las túnicas, las decisiones de la Junta de Semana Santa, la conveniencia de las marchas interpretadas por las bandas de música, la potencia de la iluminación de las calles, la calidad de la cera de las velas de los faroles o la idoneidad del pregonero escogido para ese año. Este fervor que suscita la Semana Santa entre los riosecanos, que opina sobre ella como si se tratara del aspecto más importante de su vida privada, es el mejor signo del arraigo de esta celebración entre los habitantes de la localidad y, por qué no reconocerlo, objeto de envidia también en el mundo cofrade de ciudades vecinas.

La posibilidad de recuperar la histórica procesión de La Pasión, ha sido el tema de discusión en los últimos días, con opiniones como no podría ser menos, a favor y en contra. De ahí el motivo de la fotografía de hoy, en la que vemos cómo era el comienzo de dicho desfile a comienzos del siglo XX. En concreto la salida del paso del Ecce-Homo, con la figura de Pilatos recién estrenada y cientos de nuestros antepasados, contemplándola, compartiendo opinión con el vecino y estableciendo el típico debate improvisado entre tres o cuatro. De casta nos viene a estos galgos.

Pero si hay dos asuntos que siempre serán eternos en los debates semanasanteros de Rioseco, estos son: la encendida competencia entre pasos por realizar la salida, la entrada, el baile y la rodillada más perfecta, y el intento de demostrar que determinado paso pesa más y tiene mayor envergadura y dificultad en el manejo, que el resto.

Alguien propuso hace un tiempo establecer en Medina de Rioseco una tertulia cofrade, a imitación de la que realizan en otras ciudades los forofos de la Semana Santa, esos que popularmente son conocidos en el sur como capillitas. Una reunión que se celebrara periódicamente en alguna cafetería local y en la que participaran cuantos interesados quisieran pasar un rato hablando de Semana Santa. Teniendo en cuenta el extenso número de esos capillitas que posee Rioseco y el enardecido interés que ponen éstos en los debates sobre cualquier aspecto pasional, por minúsculo que sea, a buen seguro que, como en las cofradías más populares, pronto habría que establecer un numerus clausus y una lista de espera para ser tertuliano en ella.

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