
En 1652 (y hasta los años 60) esta calle se llamaba Cárcel Vieja y el callejón sin salida que hacía esquina tenía el nombre de Callejón de Los Sobrinos. Esta vivienda era precisamente de esta misma época , siglo XVII, típica construcción castellana de entramado de madera y adobe, y un testigo fiel de aquella batalla, de los desastres causados por las tropas francesas en nuestra ciudad y de tanta Historia ocurrida en 400 años.
En 1952, año en el que se realizó la foto, no solamente estaba en pie, sino habitada. Desgraciadamente los años 70 trajeron a Medina de Rioseco una modernidad mal entendida, en la que las construcciones tradicionales de entramado de madera (que tanto respeto y cuidado reciben en países como Francia, Alemania o Gran Bretaña) aquí se vieron, no como algo antiguo digno de conservación, sino como viejo e inservible, sin parangón con el hormigón armado, el pvc y el aluminio. Esa modernidad mal entendida, esa obsesión por el abandono de estos inmuebles, su derribo y su sustitución por antiestéticos bloques de viviendas, sigue hoy por desgracia anclada en nuestra ciudad y con más furor si cabe. Y lo peor de este erróneo planteamiento, es que con ello no sólo se está privando a la ciudad poco a poco de su historia, sino también a sus habitantes del beneficio de la explotación turística de la misma.
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