

Pero este merecido reconocimiento no es fruto de la casualidad. Detrás del césped del Juan Carlos Navarro hay una gran –y necesaria– inversión económica. El Ayuntamiento de Medina de Rioseco se encarga de todo lo referente al mantenimiento del campo (salarios de los jardineros, productos para el césped…), de la limpieza de la grada y los vestuarios, abona los gastos de luz y agua caliente, y también de acondicionar el entorno del terreno de juego. “Es muy difícil concretar una cifra exacta, es bastante dinero. Desde el Ayuntamiento apostamos por el deporte, como se puede ver en el estado de todas las instalaciones deportivas”, explica Rafael San José, concejal de Deportes.
No obstante, todo este desembolso económico no valdría de nada sin el trabajo de los jardineros. Estos son la otra cara de la moneda, dependen del Ayuntamiento y se encargan del mantenimiento del campo y del resto del Polideportivo Municipal. Julián Pegado y Antonio Fernández son los responsables de que el Juan Carlos Navarro luzca sus mejores galas semana tras semana. “Yo me encargo de segar el campo y Toñín, con la desbrozadora, es el que va rematando los huecos de vallas, porterías que yo no puedo hacer con la tripleta del tractor”, detalla Julián.
Lejos de lo que pueda parecer, se trata de una tarea muy laboriosa, dedican tres horas diarias exclusivamente al campo. “Si no le trabajas todos los días, el campo se te va, sobre todo en este tiempo”, afirman. Sin embargo, 
La rutina de riego también varía dependiendo de la estación y las condiciones meteorológicas. “En verano damos dos riegos de ocho minutos a cada calle y un refresquín al mediodía cuando hace mucho calor. Poco a poco quitamos el riego de por la mañana y después el de por la noche y ponemos uno por la tarde y en el invierno ninguno”, detalla Antonio. Al igual que la siega, no se trata solo de poner en marcha el aspersor, sino que hay que tener cuidado, ya que si se riega más de la cuenta, podría encharcarse. Algo que estuvo a punto de suceder la víspera del partido entre el Valladolid y el Zamora hace ya cuatro años. “Se quedó una calle toda la noche encendida por un despiste y tuvimos que achicar el agua con palas y cazoletas”, recuerda Pegado.

Nadie en la provincia ni en la comunidad duda del orgullo que sienten los riosecanos por su Semana Santa, su gastronomía y por su patrimonio histórico y cultural, que pregonan allá por donde van. No cabe duda de que el recién bautizado Juan Carlos Navarro debe formar también parte de esta lista.
Un campo de primera necesita un entorno de primera
Uno de los problemas del campo de fútbol de Rioseco es que el entorno no le favorece. No obstante, poco a poco va presentando un mejor aspecto, ya que el Ayuntamiento y el Club Deportivo Rioseco se esfuerzan para adecentarlo en la medida de sus posibilidades. La última mejora ha sido la pavimentación del paseo que lleva a los vestuarios. “Cuando nos llegaron los planes provinciales y tuvimos que decidir en qué se gastaba el dinero, teníamos claro que algo tenía que venir al Polideportivo y este camino nos pareció lo más importante porque a diario pasan cerca de 80 niños que vienen a entrenar y era un acceso que cuando llovía se embarraba”, afirma Rafael San José. Pero esta no es la única modificación, el Club promovió el arreglo de la grada, “los asientos nos los cedió el Valladolid, el material Marzu y la mano de obra la pusimos nosotros”, cuenta Benito Conde, quien quiere, también, “colocar en la parte de arriba de la caseta de los vestuarios el escudo del club”, confiesa el presidente blanquinegro. Pequeñas modificaciones que hacen que poco a poco las instalaciones tengan cada día más calidad.
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