
Lo cierto es que su ausencia estaba más que justificada, pues prácticamente pocas horas después de que el conjunto escultórico del Descendimiento salía a las calles en una procesión extraordinaria, monseñor Amigo era ingresado de urgencia en la unidad de cuidados intensivos del Hospital san Francisco de Asís de Madrid por sufrir fuertes dolores abdominales.
Ayer lunes, tras diagnosticarle una apendicitis, fue intervenido quirúrgicamente por el doctor José Antonio Lavalle Echevarría y su equipo. «La intervención, realizada bajo anestesia general, ha durado una hora y cuarenta y cinco minutos y ha resultado plenamente satisfactoria», según explican en un comunicado el arzobispado de Sevilla, del que monseñor Amigo es su arzobispo emérito.
“El arzobispo de Sevilla y su obispo auxiliar piden a los sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y laicos que encomienden al Señor y a su Madre bendita en su título de los Reyes la plena recuperación de la salud del señor cardenal. Ruegan al mismo tiempo a los sacerdotes y rectores de iglesias y oratorios que en la celebración de la Santa Misa incluyan en la oración de los fieles una plegaria por su pronto restablecimiento”, concluye el comunicado.
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