Pasamos junto a ellos a diario, son testigos mudos de nuestro acontecer diario y, en los versos de Jorge Luis Borges, Durarán más allá de nuestro olvido; no sabrán nunca que nos hemos ido. Miradas mudas como la de esta cabeza de león, cuyos rasgos se han desdibujado con el incesante paso del tiempo. Es seguro que muchos sabrán el lugar en que se encuentra.
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