Un retrato de la antigua torre de Santa María


Teresa Casquete Rodríguez. Historiadora del Arte

En 1703 la torre de la iglesia de Santa María se vino abajo. Parte de su estructura se derrumbó y hubo que buscar con urgencia, debido a la importancia que tenía para la ciudad la parroquia y la construcción en sí, dinero y arquitecto para reconstruirla.

El riosecano Pedro de Sierra finalizó la obra en 1739. El diseño presentado podemos verlo en el museo de San Francisco, el diseño final podemos contemplarlo a diario, pero… ¿cómo era el diseño primitivo? ¿qué imagen tenía la primera torre de Santa María?

No hay que acudir a ningún archivo para saberlo. Simplemente visitar el cuadro de la Inmaculada que hoy cuelga de la nave lateral de este templo. Si agudizamos la vista, observaremos a la izquierda del lienzo una ciudad y reconoceremos sin mucho esfuerzo a la que algunos poetas han bautizado como Giralda de Castilla.

Este cuadro estuvo situado con anterioridad en la capilla del Arco de Ajújar, sin que se sepa si este fue su lugar original o si lo fue la propia iglesia parroquial. Más tarde pasó a Santa María, donde recorrió varias localizaciones. Tampoco se conoce el autor, aunque es obvio que se trata de algún artista local o si el tema refleja alguna aparición mariana en Rioseco o un reflejo del Voto Concepcionista de la ciudad o simplemente respondió al capricho del pintor.

La imagen estaría tomada a la altura del actual Puente Mayor, pudiendo ver frente a nosotros la Puerta de la Posada, con un diseño muy similar a la de Ajújar, y a la derecha una cúpula que correspondería al antiguo templo de Santa Cruz. A izquierda y a derecha queda la muralla, con las torres y la fachada del convento de San Francisco. Y al fondo la torre, con los dos pisos cuadrangulares que aún hoy conserva, y un cuerpo ochavado rematado con un pináculo piramidal. Faltan los contrafuertes que hoy pueden verse, porque son parte de la reconstrucción de Pedro de Sierra, y que sirven, precisamente, de sujección de la obra primitiva.

Es necesario añadir a este texto mi agradecimiento al personal responsable del Museo Parroquial, que me facilitaron amablemente la consecución de esta fotografía.

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