Un madrileño que recorre la Península en Vespa llega a Rioseco

Pretende hacer más de 3.500 kilómetros en diferentes etapas en las que pueda disfrutar de los paisajes, de los pueblos y de sus gentes

Miguel García Marbán

Cuando miles de jóvenes “indignados” se concentran en las plazas de las principales ciudades española reclamando tener un futuro, cuando todavía se siente la tensión y la emoción de las elecciones municipales y autonómicas, cuando el Deportivo de la Coruña, el Hércules y el Almería ya son equipos de Segunda División, o el Barcelona se prepara para enfrentarse al Manchester United en la final de  la Liga de Campeones, ocurren otras serie de acontecimientos que, aunque no trasciendan a las titulares de los periódicos y de los noticiarios televisivos, son importantes aventuras que a diario llevan a cabo héroes anónimos que no persiguen otra cosa que la de hacer realidad un añorado y deseado sueño.

Una ilusión que durante estos días esta haciendo realidad el madrileño de 54 años Juan Manuel Cabezos al recorrer la practica totalidad de la geografía peninsular en una Vespa LML, réplica de aquella legendaria Vespa Primavera de 1960. El domingo salió de Madrid y llegó hasta Olmedo, y el lunes pasó por Medina de Rioseco camino de Ponferrada, fin de su segunda etapa. Como si se tratara la Compostelana de un peregrino, Cabezos lleva una hoja de ruta que hace firmar y sellar en cada uno de los municipios por los que pasa como el justificante de una aventura cuyo objetivo es “hacer algo que llevaba pensando toda la vida y que si no lo hago ahora, a mis años, cuando mis hijos tienen 35, 25 y 18 años, ya no lo voy a hacer nunca”, según confesó el vespero a lavozderioseco.com.

Desde Ponferrada, el madrileño llegará a Santiago de Compostela, después a Vigo desde donde pasará a Portugal para recorrer el país vecino antes de llegar a Extremadura y viajar sobre su Vespa por Andalucía, Murcia y Valencia. Entonces, hará un descanso en Madrid para coger fuerzas antes de iniciar un nuevo periplo, esta vez por Aragón, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra y Cataluña en un total de más de 3500 kilómetros.

Sin embargo, lo más importante de esta aventura no es contabilizar kilómetros sino “de disfrutar de los paisajes, de los pueblos y de sus gentes, de demostrar que hay otra forma diferente de viajar”. Por eso, Cabezos evita las autovías y autopistas, buscando en su Vespa, nunca a más de 80 kilómetros por hora, el contacto con las poblaciones, a una media de 270 kilómetros por etapa.

Antes de iniciar esta emocionante aventura, el madrileño intentó convencer a otros vesperos a través de un foro especializado “ya que la ruta se hace mejor en compañía”. Sin embargo, a pesar de muchas buenas palabras, “al final todos se rajaron”, indicó Cabezos mientras se ponía el casco y las gafas para montarse en su Vespa y perderse en el horizonte de la carretera en busca de su sueño.

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