Un “inolvidable” viaje a Pekín con Rioseco en el corazón

La riosecana, María José Cid, disfrutó de quince días “espectaculares” en la capital china y coronó la Gran Muralla con una bandera representativa de Rioseco

Un reportaje de Laura Alonso Guerra

DSCF5744Si hay una característica que define a los habitantes de Medina de Rioseco esa es, sin duda, el orgullo de sentirse riosecanos. Quien más y quien menos ha presumido, en alguna ocasión, de pueblo cuando ha salido de sus fronteras. Es más, al igual que los asturianos, en la Ciudad de los Almirantes, también se abandera eso de “cuánto más lejos estoy, más riosecano me siento”. La última riosecana en entonar este cántico ha sido María José Cid, que aprovechando la presencia de unos familiares, se fue a pasar quince días a la capital china: Pekín. “Fui porque está allí trabajando desde hace ya tres años el hijo de unos primos, y mi marido y mi hijo me regalaron el viaje por Reyes”, cuenta María José.

Eso sí, pese a que dejó aquí a su familia, no viajó sola. Y es que se llevó un trozo de todos los riosecanos: una bandera representativa de la ciudad, que no dudó en exhibir por la ciudad china y con la que coronó la Gran Muralla, uno de las fortificaciones más importantes del mundo. “Antes de irme, bajé al Ayuntamiento a pedir la bandera, con la intención de ponerla en la Muralla y así lo hice. Tuve durante todo el viaje a Rioseco en el corazón, pero cuando puse la bandera y nos hicimos la foto fue como que un trocito de todos los riosecanos estuviesen allí conmigo”, confiesa.

muralal2Son muchas las cosas que han sorprendido a María José en Pekín. Desde los contrastes sociales: “Es un mundo totalmente diferente, pasas de ver la miseria más absoluta a encontrarte con unos centros comerciales impresionantes”, hasta la extrema seguridad del metro: “El metro es muy agobiante, pero hay una seguridad extrema. Puedes llevar tranquilamente dinero de la mano que no te lo robaría nadie”; pasando por la belleza y majestuosidad de los diferentes monumentos: “Es todo precioso, pero la Muralla es espectacular. También visitamos un pueblo muy bonito con un monasterio en la misma montaña, que estaba todo nevado todavía”, recuerda.

Asimismo, asegura que no todos los clichés existentes sobre el mundo chino son acertados: “No es todo tan barato como lo ponen”. Pero, por otro lado, sí pudo confirmar que la eficiencia caracteriza a la población asiática: “Nada más llegar me entró una urticaria y en cuanto se lo enseñé a un chino en una farmacia me dio una crema y en dos días ya no tenía nada”, afirma. No obstante, hay un dato que llamó especialmente la atención de María José Cid, y es que “el Estado chino sufraga los gastos de calefacción de todos los habitantes, desde primeros de noviembre hasta el 15 de marzo”, detalla. A su vez, añade que la comunicación es tremendamente difícil, hasta el punto de que «si no llevas a nadie que entienda, no puedes salir de casa”.

En definitiva, ha sido una gran experiencia para María José, al lado de sus primos Carlos y Alicia, y de Jorge, el hijo de éstos. “He pasado unos días espectaculares, ha sido una experiencia inolvidable que repetiría, sin dudarlo, con la gente que he ido”, confiesa. De hecho, María José ya tiene la vista puesta en su próximo destino, al que también se llevará la bandera riosecana. “Mis primos tienen otro hijo viviendo en EE.UU. y no descarto el próximo año irme allí”, concluye.

Una bandera que en 2007 ya ondeó a gran altura…
Nepal…Así lo confirma esta foto enviada a lavozderioseco.com por Juan Carlos Yenes, que en octubre de 2007 emprendió junto a sus amigos Pedro Benavides y José Ángel Gallego un viaje al Himalaya (Nepal) difícil de olvidar. La imagen pertenece al momento de hollar la cima del pico Kalapatthar, a 5.640 metros de altitud. Tras los tres protagonistas se alza el Everest (8.848 metros), la montaña más alta del planeta, con su forma de pirámide perfecta. Además de coronar el pico Kalapatthar estos tres riosecanos ascendieron al pico del Gokyo Ri (5.400 metros) y el collado conocido como Chola Pass, “un paso entre dos montañas con un desnivel espectacular, muy dificultoso por la nieve y el hielo”, recuerda Juan Carlos Yenes.

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