Un despertar privilegiado y especialmente blanco


Hay riosecanos que, por la ubicación de su casa, tienen despertares privilegiados. Y es que abrir el ojo y contemplar por la ventana la imponente vista de la iglesia de Santiago o de Santa María no tiene precio. Si a eso sumamos que el amanecer es nevado el privilegio es doble. Es el caso de Beatriz Rodríguez, que esta mañana se despertó con la sorpresa de encontrarse todo blanco. Bonito, ¿no?



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