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Emocionante y entrañable, pero también divertido y alegre. Así fue el homenaje que recibió el recordado Juan Carlos Navarro, uno de los fundadores del Club Deportivo Rioseco y seguramente el mejor futbolista que vistió la camiseta albinegra en estas más de cuatro décadas de fútbol en la Ciudad de los Almirantes.
La visera del campo de fútbol municipal lleva su nombre y ahora cada domingo aficionados, futbolistas y visitantes recordarán que esta cancha se llama Juan Carlos Navarro. A la cita acudieron muchos futbolistas veteranos, algunos que compartieron equipo con Navarro, como Luis Hernández, quienes no dudaron en ponerse de nuevo las botas para homenajear a su compañero y amigo. Otros lo recuerdan de su etapa como entrenador.
La pachanga fue divertida. Mientras La Voz de Rioseco ofrecía en directo entrevistas con las personas que mejor conocieron al mítico 10 del Rioseco (ahora tienes la posibilidad de escucharlo). Por los micros de La Voz fueron pasando multitud de testimonios de personas relacionadas con el mundo del fútbol. Asimismo, el acto sirvió para presnetar a todos los equipos de la cantera.
El momento más entrañable fue el descubrimiento del cartelón que recuerda que el municipal riosecano se llamará ahora Juan Carlos Navarro. El alcalde de Rioseco, Artemio Domínguez, recordó la figura del homenajeado y ensalzó la labor del club riosecano, especialmente, con su cantera. El presidente actual del CD Rioseco, Benito Conde, escoltado por la mayoría de los presidentes con los que ha contado el club en su historia, dijo que este era un homenaje “merecido” y dos de sus hijos, Juan Antonio y Mario Navarro, agradecieron, muy emocionados, el homenaje a su padre.
Un emotivo minuto de silencio dio paso a un partido entre un combinado de veteranos del club riosecano y la plantilla del primer equipo. Un encuentro en el que los nietos de Juan Cralos Navarro efectuaron el saque de honor. Las viejas glorias, con tanto de David, igualaron el choque que se había decantado en la primera parte del lado de la primera plantilla gracias a la trasformación por parte de chapa de un penalti.
