
Sin embargo, como la esperanza es lo último que se pierde, a pesar del negro panorama, los riosecanos esconden en su corazón un inalterable anhelo de ilusión de que esta tarde a las 20.30 horas parta de la iglesia de Santiago la procesión del Mandato con la participación La Oración del Huerto, La Flagelación, Jesús Atado a la Columna, Ecce-Homo, Jesús Nazareno de Santiago, La Santa Verónica, Jesús Nazareno de Santa Cruz, La Desnudez, Santo Cristo de la Pasión y La Dolorosa. Una procesión caracterizada por la calidad de las tallas que procesionan, la vistosidad de las túnicas moradas de terciopelo y negras de paño castellano y por su gran carácter de homogeneidad.
La misma ávida aspiración se posee para que el Vienes Santo, para que tenga lugar a las 20.30 horas uno los momentos más importante de la Semana Santa riosecana con la salida de los llamados pasos grandes. Dos colosales grupos escultóricos que representan los momentos de la Pasión de la Crucifixión y de El Descendimiento, popularmente conocidos como El Longinos y de La Escalera, y que a duras penas y con el esfuerzo y la pericia de los cofrades logran cada año traspasar el dintel de la puerta de la capilla en la que cada año miles de personas esperan este instante mágico. Además, ese día procesionan El Cristo de la Paz, el Cristo de los Afligidos, La Piedad, El Santo Sepulcro y la Soledad. También con la mirada puesta en que el Domingo de Resurrección tenga lugar el emotivo de encuentro de Jesús resucitado con la Virgen de la Alegría.
Un ferviente deseo de que su Semana Santa se haga realidad que mueve a los riosecanos a que ya tengan dispuestos hasta los más mínimos detalles que las directivas de las cofradías supervisan para que nada falle el día de la procesión. Se han rellenado de velas los lamparilleros, se han preparado los tacos para que el paso vaya correctamente «tallado», se ha supervisado la batería que dará luz artificial a través de unos focos que también se han revisado, se ha buscado quien toque el tapetán y el Pardal ya sabe el recorrido en el que, antes de cada procesión, recogerá a los cofrades que vayan a portar el paso en el desfile de gremios.

Pero la ciudad también se prepara vistiendo sus mejores galas a la espera de recibir a miles de turistas que llegarán para «ver pasar los pasos». Los comercios exponen sus productos más excelentes, las panaderías hornean las pastas y los bollos típicos, los jardines se adornan con la flores más bellas y en las calles se respira un ambiente de entusiasmo e ilusión. Las bandas de cornetas y tambores ensayan las piezas musicales que interpretarán durante los desfiles y los niños portan los pequeños pasos que imitan a los de verdad y que es el reflejo más autentico de la centenaria tradición.
PORTADA
RIOSECO
CULTURA
DEPORTES
SOCIEDAD
EDUCACIÓN
SEMANA SANTA
TV/RADIO
OTRAS VOCES