Todo preparado en la iglesia conventual de San José para que dé comienzo la novena en honor a la virgen del Carmen, una valiosa talla que preside el retablo de este templo cerrado al culto desde que las monjas carmelitas que habitaban el cenobio lo abandonaron con nocturnidad y alevosía. Como ocurre cada año, son las mujeres de la cofradía quien se encargan de la limpieza de la iglesia para que todo esté perfectamente preparado para el 16 de julio.