Sustraen 800 litros de gasóleo a la empresa riosecana Alba García

Los ladrones accedieron a la nave que los propietarios tienen en el polígono agrario saltando la tapia y con la ayuda de una manguera perpetraron el robo

Laura Alonso

Parece ser que los robos y la inseguridad no van a concluir nunca en Medina de Rioseco. Ningún establecimiento y ninguna empresa están a salvo. Los hurtos se llevan sucediendo en la ciudad desde principios de año y ya son muchos los comercios afectados. Poco importa que se encuentren en el pleno corazón de la Rúa Mayor o en los polígonos, a la salida del municipio.

Precisamente es en esta última ubicación dónde se encuentra la última empresa afectada. La nave de Alba García, distribuidora de Repsol fue el pasado día 29 de agosto víctima de la banda de rateros. Los ladrones presuntamente accedieron a la nave saltando la tapia y allí ayudados con una manguera se llevaron un total de 800 litros de gasóleo. “Los que hayan sido son unos expertos porque dentro no han caído ninguna gota”, asegura el propietario Antonio Álvarez. En el interior no había nada revuelto ni han sufrido daños materiales, lo que hace indicar que “sabían perfectamente a lo que venían y dónde estaba”, afirma el gerente que a la vez añade que “es el único robo que hemos sufrido”.

No obstante, aunque no hayan sufrido destrozos, las pérdidas económicas ascienden a unos mil euros, puesto que el litro de gasoil está a 1,40 euros. La única señal que han dejado los rateros ha sido una mancha en la puerta de la nave que, según cuenta Antonio, podría ser de «una garrafa o de un cubo que usaron para transportar el líquido robado y que se les derramó».

Con la creciente subida del precio del gasóleo, ha aumentado también el número de robos. Este hecho hace que también exista un mayor número de personas que estén dispuestos a pagar menos. Es aquí donde entraría en juego la premisa que se repite, como un factor común, en todos los robos que se han producido en el municipio: “los ladrones van buscando dinero y productos que se puedan colocar fácilmente en el mercado”, aseguran todos los comerciantes afectados. “Antes cuando estaba más barato no lo robaba nadie, ahora es una de las cosas que más se roban y además el hecho de que este tan caro hace que se pueda vender muy bien en el mercado negro a pesar de que es un compromiso para el que lo compra”, concluía Antonio.

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