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El cortometraje Push Ap del director David Galán ha sido el ganador del tercer Festival de Cortometrajes celebrado este fin de semana en Medina de Rioseco. La divertida película de apenas tres minutos y medio reflexiona de forma humorística sobre la belleza del ser humano y “si es posible ser dueño de ella o por el contrario pertenece a la humanidad”.
Y lo hace con una discusión entre una pareja cuando el hombre se entera que su novia decidió someterse a una reducción de pecho. Es entonces cuando se entabla un histriónico diálogo que cautivó al público riosecano, que no dudó en votar mayoritariamente este cortometraje entre los 18 que participaban en el concurso. El premio está dotado con 100 euros.
Por su parte, en el certamen de cortometrajes infantiles el ganador fue Mi papá es director de cine de Álvaro Germán Roda. El Teatro Principal de Medina de Rioseco ha sido el escenario donde, durante todo el fin de semana, se ha desarrollado el certamen que ha contado con más de dos centenares de espectadores.
Cine riosecano para abrir boca
El pasado viernes, y como prólogo al festival, se celebró una interesante jornada sobre el cine en Medina de Rioseco. Se proyectaron cinco cortometrajes y documentales en los que, o bien, Rioseco era protagonista, o sus directores eran oriundos de la localidad. Abrió fuego Memorias de un cine de provincias, por el que Ramón Margareto obtuvo el Goya al mejor corto documental. El riosecano Manuel Ezía presentó un corto titulado Un verano de ensueño rodado en la localidad zamorana de Villamayor de Campos dentro de un taller de cine con más de una veintena de niños. Eduardo Margareto acercó hasta el Principal riosecano su nuevo documental, 24. Un día en Castilla y León, que tuvo una gran acogida. Álvaro San Miguel proyectó Las raíces de la utopía, protagonizada por el riosecano Miguel Gutiérrez, con una voraz crítica sobre la sociedad consumista. Cerró este festival el corto del también riosecano José Ángel Gallego, El latido de la madera, rodado en el 350 aniversario del paso de La Escalera de la hermandad del Descendimiento.
El pasado viernes, y como prólogo al festival, se celebró una interesante jornada sobre el cine en Medina de Rioseco. Se proyectaron cinco cortometrajes y documentales en los que, o bien, Rioseco era protagonista, o sus directores eran oriundos de la localidad. Abrió fuego Memorias de un cine de provincias, por el que Ramón Margareto obtuvo el Goya al mejor corto documental. El riosecano Manuel Ezía presentó un corto titulado Un verano de ensueño rodado en la localidad zamorana de Villamayor de Campos dentro de un taller de cine con más de una veintena de niños. Eduardo Margareto acercó hasta el Principal riosecano su nuevo documental, 24. Un día en Castilla y León, que tuvo una gran acogida. Álvaro San Miguel proyectó Las raíces de la utopía, protagonizada por el riosecano Miguel Gutiérrez, con una voraz crítica sobre la sociedad consumista. Cerró este festival el corto del también riosecano José Ángel Gallego, El latido de la madera, rodado en el 350 aniversario del paso de La Escalera de la hermandad del Descendimiento.
