Los más madrugadores estrenan las urnas electorales

Votar es un derecho que nos ampara a todos los ciudadanos españoles desde hace más de tres décadas. Y cada cual, cuando llega la jornada electoral, tiene sus propias costumbres e, incluso, manías. Los hay madrugadores que hasta esperan a la puerta del colegio a su apertura. Otros en cambio, prefieren hacerlo más tarde, a la salida de misa, en la hora del vermut, antes de comer o esperar al último momento. Los hay que llevan los votos preparados de casa, o los que los cogen en el propio colegio. Los hay que van solos o acompañados y algunos, por supuesto, no votan.

Lavozderioseco.com en su despliegue por los diferentes colegios electorales se ha encontrado con los más madrugadores, especialmente personas de más avanzada edad. Ya se sabe que los jóvenes, un domingo por la mañana, suelen tener otros menesteres como dejar que las sábanas se peguen unas horas más que cualquier otro día de diario.

A las nueve de la mañana, Ignacio San José, candidato a la Alcaldía por IU esperaba paciente el momento en que se abriera el colegio para poder votar. “Es una costumbre y siempre me ha dado suerte”, decía.

En la mesa A del Ayuntamiento, fue María Ángeles González, quien estrenó la urna. “Siempre vengo a votar a primera hora y así luego me voy a misa y ya estoy despreocupada todo el día”, explica esta riosecana, quien apostilla “que hay que ser buena ciudadana y cumplir con el derecho de venir a votar”. “Yo he conocido gobiernos de izquierdas y de derechas y la verdad es que no me quejo de ninguno, aunque yo tenga mis propias ideas”, aseguraba con una sonrisa en la boca, instantes después de votar.

Otro de los madrugadores fue José Santamaría. Apenas habían pasado quince minutos desde la apertura de su colegio, y este conocido vecino de Medina de Rioseco (otrora voz pública del pregón de Semana santa y guía turístico más de 30 años) se acercaba hasta las urnas. “Suelo venir siempre de los primeros, porque me levanto muy temprano. Después de 81 años ya he visto de todo y he participado en todas las elecciones, porque creo que es una obligación que tiene el ciudadano; luego el resultado te podrá gustar más o menos”, dice Santamaría.

Hace gala de su privilegiada memoria y relata que hace años él prestó colaboración como delegado gubernativo. “A punto estuve de parar las elecciones, porque a la puerta del colegio, que entonces era en la Sociedad de Cazadores, había una persona coaccionado el voto de los ciudadanos. Tuvo que venir el alcalde, el juez y la guardia civil a poner orden”, recuerda entre risas, antes de sentenciar: “Lo más bonito de la democracia es poder votar con libertad a quien quieras”.

Poco a poco los madrugadores fueron dando paso al resto de ciudadanos que, progresivamente, se van acercando a sus colegios electorales. Según fuentes consultadas de cada una de las mesas electorales las votaciones se desarrollan sin ningún incidente, salvo alguna pequeña anécdota como olvido del DNI.