Por San Blas….; por José Ignacio Santamaría


La cigüeña ya ha vuelto, a pesar de que casi ya no emigran, este invierno se las puede ver por los tejados y campanarios de la ciudad. La cigüeña blanca es, con seguridad, el ave más querida y conocida por el hombre. Está sumamente ligada a él, desde los lugares donde ubica sus nidos, preferentemente edificaciones, hasta los espacios donde se alimenta, aprovechando para ello el laboreo de las tierras agrícolas, las zonas de pasto o los vertederos, entre otros lugares.

Estos hábitos traen consigo numerosos beneficios, tanto para la cigüeña como para el hombre. Para la cigüeña porque gracias al ser humano dispone de lugares adecuados de nidificación y de alimentación. Para el hombre, además del placer de poder contemplar de cerca de esta hermosa ave, le libra de numerosos animales perjudiciales para la agricultura.

Esta relación se hace efectiva en los refranes y creencias que aluden a esta especie, relacionándola con la natalidad con el modismo esperar a la cigüeña o con el buen tiempo y el fin de las penurias invernales Por San Blas la cigüeña veras y si no la vieres año de nieves…

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