Patrimonio y folclore, unidos en el claustro de San Francisco

El XXVIII Festival de Danzas Ciudad de Medina de Rioseco revive la música y las danzas más populares a ritmo de jotas, pasodobles, seguidillas y fandangos

Laura Alonso / Fotos: Fernando Fradejas

El folclore, en los siglos pasados, era algo intrínseco a la vida cotidiana de las personas que habitaban los municipios españoles, hasta tal punto que aquellos quehaceres diarios y las diferentes celebraciones no se pueden entender sin las danzas y los cantos tradicionales. Los bailes y el repiqueteo de las castañuelas animaban, a ritmo de jotas, pasodobles, fandangos y seguidillas, bodas, rondas, pregones, quintos y romerías. Estas músicas se han convertido en parte del patrimonio histórico de muchas localidades españolas, entre las que se incluye Medina de Rioseco.  Prueba de ello es la celebración del XXVIII Festival Nacional de Danzas, el pasado domingo día 4 de agosto, en el incomparable marco del claustro gótico de San Francisco, ante cientos de espectadores.

Pero el folclore no es solo eso. El folclore es también el nexo de unión de los pueblos, una animada y diferente manera de nutrirse y de conocer diferentes culturas. Es por esto que junto al grupo de Danzas Ciudad de Medina de Rioseco actuó el grupo de coro y danzas de la casa extremeña de Alcalá de Henares La Nacencia. Un vistoso pasacalles por las rúas riosecanas con parada en la plaza de la Solidaridad, para deleitar tanto a los allí presentes como a los que, por sorpresa, se toparon con estos conjuntos, fue el preludio al magnífico certamen que ofrecieron ante la atenta mirada de cientos de personas.

Salvaguardando el folclore extremeño, con un grupo formado por 40 componentes de todas las edades y ataviados con trajes típicos cacereños, el grupo invitado se arrancó por jotas y fandangos, deleitando a la multitud de personas que se agolparon ante la impresionante construcción gótica, que brilló con un cariz más histórico que nunca. Con la interpretación de Virgen de Guadalupe, todos los asistentes se arrancaron con las palmas. Tras el olé final estalló una enorme ovación de aplausos que recompensaba la brillante representación del grupo sobre el escenario. Gesto que fue agradecido por uno de los componentes. «La acogida y el cariño que hemos recibido han sido muy grandes, así que seguro que volveremos”, aseguró.

Mientras que los invitados, llegados de Alcalá de Henares, recrearon escenas tradicionales de amigas, bodas e iglesias, así como de cortejos y rondas con sus vestimentas, bailes y cantos, el conjunto riosecano volvió a seducir con las danzas más castellanas. El grupo riosecano hizo gala en cada una de las canciones de la gran simetría y la perfecta definición existente en cada uno de sus movimientos, fruto de grandes dosis de esfuerzo y dedicación. “La preparación es dura, detrás de este festival y de cada uno de los bailes hay mucho trabajo, muchas horas de ensayo y muchos nervios”, aseguraba Rosa María Santamaría González, profesora del grupo riosecano.

Los trajes, ceñidos a las cinturas de las bellas joteras de la ciudad de los Almirantes, se contoneaban a ritmo de la Jota de la niña, Seguidilla del laurel y Alegrías de Duero, baile muy popular con el que reciben las mujeres tordesillanas a los lanceros del Toro de la Vega en la plaza de toros de la localidad. No faltó tampoco la popular Jota del Pingacho, en la que los dulzaineros estuvieron acompañados de la voz de la primera teniente alcalde, María San José. “Para mí ha sido un placer colaborar con el grupo porque lo siento muy mío, he pertenecido a él durante 25 años”, confesó.

El grupo de Danzas de Medina de Rioseco, que celebrará el próximo año su treinta aniversario, ha contado este año con un elemento muy especial. Y es que han tenido la participación de algunas antiguas alumnas. “Ver a muchas de ellas, que ya son mamás, bailar de nuevo sobre un escenario ha sido para mí muy emocionante”, aseguró Rosa María, que a su vez espera “que el año que viene, que celebramos nuestro treinta aniversario, podamos contar con todas las personas que hayan pasado por el grupo”. Aunque si hay algo que desean desde este conjunto que revive el folclore popular en la ciudad de los Almirantes es «que se inscriban más chicos», tal y como le pidió Elisa Abril Cerecero, una de las componentes, a San Antonio, santo de los novios. Y es que precisamente es lo que necesitan en esta agrupación, en la que de los dieciséis componentes, tan solo hay un hombre. Por su parte la monitora hizo especial hincapié en la importancia que tiene para cualquier disciplina y en especial para ésta el crear y formar cantera. «Para mí lo más importante es conseguir un grupo de niños y niñas, porque si no conseguimos crear escuela, esto se acabará muriendo», destacó.

El colofón a esta tarde de agosto popular con una fuerte evocación histórica, en la que los protagonistas fueron las faldas, los voluptuosos vestidos, las dulzainas, los cantos, las danzas y los bailes,  lo puso la entrega de un recuerdo conmemorativo por haber participado en este festival a ambos grupos. El grupo de danzas de Alcalá de Henares lo recibió de manos de la concejala del Ayuntamiento Sara Galván Lobato, y el grupo local de parte de Artemio Domínguez, alcalde del municipio.

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