El Domingo de Ramos fue en Rioseco esplendoroso. Y no solo por la temperatura que superó, en algunos momentos, los 25 grados, sino por la cantidad de riosecanos y visitantes que abarrotaron la ciudad, quizá en el día más alegre, bullicioso y concurrido del año. La procesión de Las Palmas, con la Borriquilla, fue el acto central de la jornada.
Al filo del mediodía, el párroco bendecía palomas y olivos y los más pequeños empujaban la carroza que representa la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Una entrañable y alegre procesión que partió desde la iglesia de Santiago y que concluyó en Santa María, con la participación de la Banda de Cornetas y Tambores del Santo Cristo de la Clemencia.
Pero el Domingo de Ramos, como es habitual, comenzó mucho antes para los cofrades. A las nueve y a las diez de la mañana, las hermandades de Viernes y Jueves Santo celebraban sus tradicionales misas, en las iglesias de Santa María y de Santiago, respectivamente. Más tarde, muchas de las cofradías celebraban sus juntas de hermandad donde, y por riguroso orden de lista, nombrar a los afortunados que saquen los pasos.
Tras la procesión, un animado y multitudinario vermú que hizo que la calle Mayor se abigarrase de gente, hasta bien entrada la noche. Es Semana Santa en Rioseco, hace una temperatura casi veraniega y eso se nota. Rioseco en estado puro. Es su Semana Mayor.