Nuestro naturalista Gonzalo Franco Revilla prosigue su sección de cuedernos del naturalista en el que mes a mes va desgranando las principales especies botánicas de la zona. Si en el número anterior fue la morera y la zarzamora las protagonistas, hoy lo son sus primas-hermanas el moral y la mora. Una fruto tan popular como delicioso y cuyo árbol da nombre a dos poblaciones vecinas: Moral de la Reina y Morales de Campos.

Hábitat y Ecología: Fue introducido desde Asia en los países mediterráneos desde muy antiguo (entre 1000 y 2000 a.C), como árbol frutal, medicinal y de sombra. Se plantaba en los pueblos en las plazas y en las zonas comunes de las iglesias y ermitas. Estaba muy extendido, pero actualmente han disminuido en gran número las plantaciones, encontrándose en verdadero peligro de extinción. Prefiere terrenos frescos, ambientes soleados y soporta bien el frío. Existen en nuestra provincia ejemplares muy longevos en Santovenia, Torrelobatón, Tudela de Duero y Mucientes. En algunos lugares durante muchos años se reunía bajo su sombra el concejo de la villa a deliberar y tratar los asuntos del pueblo, como sucedía en Toldanos (León).
Usos y Etnografía: La Morera (Morus Alba) es originaria de China, fue importada sobre todo porque sus hojas se utilizaban como alimento para el gusano de seda. Según dice la tradición las primeras semillas de este árbol llegaron a Europa escondidas entre los primeros gusanos. El comercio de la seda, materia de lujo, fue muy importante durante la Edad Media, dando lugar a la conocida como Ruta de la seda, vía de transporte de las caravanas que traían las telas desde Oriente a Occidente. En el valle del Tiétar se cultivaban las moreras para criar los gusanos y Madoz en el siglo pasado hace referencia a esta actividad. Se mantenían los gusanos en bandejas en baldas y se les daban tres veces al día hojas de morera. De aquí marchaban a las industrias sederas de Talavera de la Reina en Toledo. La seda está presente en muchos lazos y prendas de los vestidos tradicionales de nuestra región.

El mes pasado escribimos del arbusto Zarzamora cuyo fruto es la mora, que no hay que confundir con la mora del Moral o de la Morera. Y para terminar un refrán que sirve para consolar a los que tienen mal de amores, que se curan con un nuevo amor: “La mancha de la mora con otra verde se quita”.
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