
Admirador de los clásicos, le interesa el bodegón, los paisajes, las perspectivas urbanas… pero su mayor prioridad son la figura humana y el retrato, “siempre muy atento a buscar hasta el último detalle en los brillos de la piel, la expresión de la mirada o las venas de las manos”, dice Amigo, del que Tejedor es alumno.
“En esta exposición de indudable calidad y muy intimista en el fondo, está reflejado lo más importante de la vida de Manuel: El amor a su mujer, el encuentro con la juventud desnuda de su hijo, el apego a la tierra o sus orígenes. Pero además Manuel crea sus propias composiciones y nos invita a viajar a países o lugares desconocidos, a cruzar desiertos inventados y a ver la luz en el rostro de una mujer que él nunca conoció”, aseguró Jesús Amigo, también técnico de Cultura del Ayuntamiento de Medina de Rioseco, durante la inauguración de la muestra.
El propio autor agradeció las palabras de su maestro y deseó que mucha gente visite la exposición. Por último, Artemio Domínguez, alcalde de Medina de Rioseco, dijo que los cuadros de Manuel tejedor “atraen” y expresó el “orgullo” que supone para la ciudad contar con una exposición de esta categoría.
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