Misal Romano de 1701


Misal romano
Grabado de Juan Antonio Salvador Carmona
1701
Procede de la iglesia de Santa María

Misal romano, encuadernado en terciopelo negro y adornos de plata, que procede de la iglesia de Santa María. Al inicio del Canon Missae se haya un bello grabado del famoso Cristo de Velázquez realizado por Juan Antonio Salvador Carmona, según se puede leer en la parte inferior del grabado.

Juan Antonio Salvador Carmona, Nava del Rey (Valladolid), 1740 – Madrid, 1805, es sobrino del escultor Luis Salvador Carmona y hermano y discípulo de Manuel, el mejor grabador a buril español. Formado en el entorno familiar, donde comenzó copiando los modelos de las cartillas de dibujo. Se trasladó a Madrid para completar su instrucción junto a su tío, entonces subdirector de escultura de la Real Academia de San Fernando. Alumno en la academia del grabador de mapas Tomás López durante dos años, desde 1763 ingresó en la clase de su hermano.

Nombrado académico supernumerario de San Fernando en 1770. En torno a esa fecha abrió en dulce una de sus láminas más conocidas, El baile en máscara, por pintura de Luis Paret. Colaboró en la ilustración del Misal de media cámara impreso por la Real Compañía de Impresores y Libreros del Reino y en la edición de Ibarra de la Conjuración de Catilina y Guerra de Yugurta.

Obtuvo en 1786 el título de grabador del Príncipe de Asturias, tras haberle dedicado la serie de cuatro estampas que representan las partes del mundo por pintura de Lucas Jordán. Fue nombrado Grabador de Cámara de Carlos iv en 1789.

Destacó en la estampa de devoción y en el grabado de reproducción de pinturas, llevando al cobre composiciones de Tiziano y Velázquez. Participó en el grabado de láminas para las más importantes series fruto de la política ilustrada: Antigüedades Árabes de Granada y Córdoba, Retratos de españoles ilustres y Vista y mapa de Aranjuez.

Misal Romano (Missale Romanum) es el libro litúrgico según el rito romano que contiene todas las ceremonias, oraciones y rúbricas para la celebración de las oraciones para la celebración de la Santa Misa.

Se le llama misal romano, porque es el oficial de la Iglesia Romana y consta de tres partes: el ordinario de misa, con las oraciones de cada día, el santoral y las misas votivas, y misas de difuntos. Aunque escrito en latín, la lengua oficial de la Iglesia, ha sido aprobado por todas las Conferencias Episcopales católicas una versión en la lengua vernácula.

Mucho antes de la Alta Edad Media, varios libros se utilizaron para la celebración de la Misa: el sacramental con el Canon, las oraciones y el leccionario. Poco a poco, los manuscritos incorporaron todas estas partes en uno o más libros en su conjunto. En esos libros se llama Missale pleno, es decir, el despido Plenario completa.

La codificación definitiva de los misales se impusieron a partir de 1570, por iniciativa del Concilio de Trento. Salvo pequeñas reformas a lo largo de los siglos se utilizó el mismo misal hasta el Concilio Vaticano II, incluso durante este. Desde este Concilio y hasta 1969 se introdujeron reformas graves que impulsaron la adopción de la reforma bajo Pablo VI. Las reformas que sufrió afectaron al ordinario de la misa: ofertorio, fracción y comunión, y también a las lecturas especialmente a las de los Domingos y festivos. La reforma de Pablo VI destaca por la recuperación de algunas características de la misa de rito romano de los primeros siglos que habían caído en desuso con posterioridad. Así se recuperó la oración de los fieles (atestiguada desde el siglo III y suprimida en el V, de la que sólo quedaba en uso la del Viernes Santo); se recuperó el orden de tres lecturas en la misa; se introducen varias plegarias eucarísticas, entre las que hay que destacar la II, derivada de la que aparece en la Traditio Apostólica de Hipólito de Roma, y la III, basada en la anáfora del rito antioqueno. Además de la aparición de las lenguas vernáculas, surgiendo ediciones bilingües.

También se consideraba al misal como un libro de piedad, para uso de los feligreses. Este era de menor tamaño y contenía las misas del año o solamente las de los Domingo y festivos.

Actualmente, y en virtud del motu proprio Summorum Pontificum, pueden usarse, tanto el Misal promulgado por San Pío V, y revisado por el Beato Juan XXIII (que es característico de la misa con el rito extraordinario) como el Misal Romano de Pablo VI, conocido como «Novus Ordo Missae». Mientras que el misal de Pío V sólo puede usarse en latín, el misal de Pablo VI puede usarse tanto en latín como en cualquiera de las lenguas vernáculas en las que existe una traducción aprobada por la Santa Sede.

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