Medina de Rioseco: Plaza de toros y toreros; por Eugenio J. Oterino

Tal día como hoy, hace 25 años (21 de julio de 1986), el sacerdote riosecano escribía este artículo tan taurino aparecido en el periódico El Norte de Castilla

Eugenio Jesús Oterino. Fotos cedidas por Antonio García Concellón

El día 29 de junio, fiesta de San Pedro y domingo, el primer Canal de TVE retransmitió en directo desde Medina de Rioseco y para toda España el XXXIII Festival Taurino organizado por Ángel y Rafael Peralta a Beneficio de la Residencia de Ancianos, en el que intervinieron además de ambos rejoneadores, los matadores de toros Manolo Vázquez, Antonio Chenel Antoñete y Jorge Manrique, así como el novillero José Luis Gutiérrez. Es curioso recordar, por la coincidencia en parte del cartel, que el segundo festival, celebrado el 28 de julio de 1955, tuvo como figuras: Ángel Peralta, Ortas, Manolo Vázquez, Antoñete y Marcos de Celis.

Dicha retransmisión televisiva ha puesto de actualidad a Medina de Rioseco en su aspecto taurino, del que voy a recoger algunos rasgos fundamentados de la enciclopedia de Los Toros, de José María de Cossío y en el Archivo Municipal de esta ciudad y en las conversaciones mantenidas con Antonio García, José Anciones, José Santamaría, Bernardino P. Cabañas….

Es obligatorio empezar por la plaza de toros. Hace prácticamente un siglo, en el año 1888, y siguiendo el cuestionario o modelo oficial para tales edificaciones, se la describía a así –en la actualidad no todo coincide con esta descripción- Dependencias: chiqueros, 6; arrastre, 1; corrales: generales, 1; apartado, 1 y caballos, 1; despacho de billetes, 2; enfermería, 1, Pisos de que consta: Tendido y galería o grada. Total localidades: 5.530. Diámetro del redondel o circo, 46 metros. La plaza tiene forma de decágono dividido en diez secciones y cada una de ellas un burladero. Construida de sillería, mampostería y conglomerado de cal y arena. Quiero añadir que cuenta con una característica especial que no posee ninguna otra plaza de España, y es que el palco Presidencial tiene acceso en automóvil u otra clase de vehículos; también la tuvo la derruida plaza de San Sebastián.

Plaza riosecana teñida de sangre. En ella falleció el picador Lorenzo Conde El Árabe, en 1892. A El Chico de Basurto (Martín Echandía), matador de novillos, un toro de Villagodio le dio una cornada en la cabeza por la parte de un ojo el 29 de junio de 1922, tras delicadísima operación perdió la razón, siendo trasladado al Hospital de Valladolid, donde expiró el 7 u 8 de agosto del mismo año.

Preciso es remontarse a febrero de 1858 en que la corporación municipal y la Junta de Beneficencia –teniendo ambas como presidente al señor Alcalde- acordaron construir una plaza de toros con fines benéficos en el escampado o plazuela, perteneciente al común de los vecinos, que existe por delante del terreno donde estuvo el convento de Padres Carmelitas. Para la mejor construcción y forma de la plaza, el vecino de Medina de Rioseco don José Garrido y en escritura fechada el día 7 de abril del mismo año 1858 cede 33.123 pies de terreno, valorado en 8.000 reales, de la pradera del Carmen para la plaza de toros a favor del Ayuntamiento, presidido por don Antonio Martínez Salcedo, y la Junta de Beneficencia. Entre otras condiciones puestas por don José Garrido –omito algunas precisiones – figura la de que el Ayuntamiento ha de construir a la izquierda del palco presidencia otro palco como propiedad y exclusiva de dicho señor y de sus herederos y sucesores.

Por esta plaza, más que centenaria, han pasado toreros antiguos como: Luis Mazzantini, Nicanor Villalta, Rafael Molina Lagartijo, Luis Mera, José Beltolda, José García Algabeño, Manuel del Pozo Rayito…Y entre los modernos, retirados o no, prácticamente todos los famosos; por citar sólo algunos: Antonio Bienvenida, Fernando Domínguez, Jaime Ostos, Miguel Báez Litri, Juan García Mondeño, Miguel Mateo Miguelín, Manuel Benítez El Cordobés –debutando como rejoneador-, Paco Camino, Roberto Domínguez

Fijándome en toreros riosecanos que han actuado en esta plaza podría nombrar, entre otros, los antiguos novilleros aficionados: Francisco Pérez, Juan Martínez –que era barbero-, Castor Martín, Faustino García (Pelusa chico)… Y los novilleros profesionales: Cabañas y Gúmer Galván, así como Jorge Manrique, actualmente matador.

Cabañas (Bernardino Pérez Cabañas) nació en Medina de Rioseco el 2 de diciembre de 1909. Muy valiente matador de novillos. Toreó unas sesenta novilladas, principalmente en Castilla y León y en otras partes de España. Cuando iba como novillero puntero para torear el 19 de julio de 1936 en Madrid, se lo impidió el inicio de la Guerra Civil, que le perjudicó en su carrera taurina. Desde hace casi cincuenta años es el asesor taurino del presidente de la plaza; el asesor, como en este caso, ha de ser un profesional, si lo hay.

Gúmer Galván (Gumersindo Galván Hernández) nació en Rioseco el 22 de diciembre de 1923. El día 21 de agosto de 1941 toreó por primera vez en Valladolid y llevaba toreadas unas cincuenta novilladas, todas sin picadores, cuando hizo su presentación en Madrid con fecha 29 de mayo de 1947, alternando con Pedro Robledo y Paco Muñoz.

Toreó repetidas veces con los entonces novilleros famosos: Aparicio, Litri… Con éste y con Juanito Bienvenida y en la localidad de Aranjuez fue una de sus principales novilladas. En Palencia toreó en numerosas ocasiones con picadores. Triunfó en la Plaza de Vista Alegre. Reside en Madrid apartado del mundo taurino.

Aunque no me consta que actuara en la plaza de Medina de Rioseco, es obligatorio reseñar a Leopoldo Camaleño, matador de toros de finales del siglo XIX y comienzos del XX, nacido en Medina de Rioseco el 24 de junio de 1868. A los quince años se marchó a América con un hermano suyo en busca de fortuna. Allí fue primeramente empleado de una casa de comercio y cajero en otra. Sintiendo dentro de su sangre el ardor de la vocación taurina, saltó al ruedo de la plaza de Colón, iniciando allí su vida torera como banderillero. Consagrándose plenamente al arte de su predilección, figura de segundo espada el 14 de julio de 1888; y da elocuentes pruebas de valor y ansia de superación en las corridas que torea en Colón, San Luis, Pachuca, Puebla, Guadalajara, Veracruz y Mérida. Era de los matadores más solicitados por los públicos americanos, que veían en él un buen matador, pundoroso, arrojado y cumplidor, aunque con el capote no sobresalía.

Lógicamente, voy a extenderme más –dada su actualidad- con Jorge Manrique (Estébanez de segundo apellido), nació en La Seca, pero su afición al toreo le nació en Medina de Rioseco; se puede afirmar que es un torero riosecano. Nació el 12 de abril de 1964 en dicho pueblo vallisoletano, de muy corta edad se trasladó con su familia a la Ciudad de los Almirantes. En la plaza de toros de Valladolid, tercera corrida de la Feria de San Mateo, en la tarde del día 17 de septiembre de 1985 toma la alternativa como matador de toros. Vestido con un traje negro y oro, regalo de la peña taurina de Medina de Rioseco que lleva su nombre; una segunda peña con su nombre se creó después en la capital vallisoletana. Padrino de la ceremonia, Josémari Manzanares cedía los trebejos de matar a Jorge Manrique en presencia, como testigo, de Roberto Domínguez. Brinda el toro a su padre: “Va por ti, Taca”. Gran faena rematada con estocada, que derriba a su enemigo Flautista de la ganadería de Salvador Gavira. Dos orejas y vuelta con salida de la plaza a hombros. Y en la sesta corrida de Feria, triunfo espectacular: dos orejas y dos orejas y salida también de la plaza a hombros.

Y los trofeos y homenajes continuaron. Por su faena al último toro de esta sexta corrida se le concedió el Trofeo San Pedro Regalado 1985, como mejor matador de toros, en una votación con diez votos a favor, cinco para otro torero y dos en blanco. Su actuación en ambas corridas le mereció por unanimidad el Trofeo Restaurante María. Reunida la Corporación Municipal de Medina de Rioseco en el primer Pleno después de la alternativa, y antes de comenzarlo, propuesta de felicitación a través de un escrito de la Alcaldía, que fue aprobado con motivo de su reciente doctorado como matador de toros. Posteriormente, homenaje con entrega de una placa de plata por los concejales de Alianza Popular de dicho Ayuntamiento. Después  la Corporación Municipal por unanimidad acordó nombrarle y entregarle la placa de plata como Riosecano del Año. Dionisio Llamazares, presidente de las Cortes de Castilla y León, le entregaría uno de los trofeos Populares 85, que adjudican Radio Popular de Valladolid y Publicidad Gris.

En el XXXIII Festival, ya mencionado, realizó una gran faena con el broche final de un estoconazo hasta la bola. Como escribía José Luis Lera: “Jorge Manrique, de Medina de Rioseco, de la Ciudad de los Almirantes, almirante del toreo, llevará a Valladolid a la conquista de nuevos mares taurinos”.

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