‘Manos’ que unen artísticamente Rioseco y Simancas

Cuenta la leyenda del Tributo de las Doncellas en Simancas cómo siete mozas que iban a ser entregadas al emir para saldar una deuda contraída por Mauregato, rey astur del siglo VIII, se desfiguraron el rostro y se cortaron las manos para escapar de su cruel destino. Es precisamente esta leyenda la que ha inspirado a los artistas de la Asociación Cultural Simancas, Villa del Arte una exposición, titulada Manos, que se puede disfrutar en el Museo de San Francisco, en la capilla de los Villasante.

El presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, junto a los alcaldes de Rioseco y de Simancas, Artemio Domínguez y Alberto Plaza, respectivamente, inauguraron la muestra que permanecerá en el museo riosecano hasta el 3 de julio. Más tarde, la exposición viajará por otras localidades como Laguna de Duero y Simancas, en un “intento por acercar el arte al medio rural”.

Los artistas Saúl Cuadrado, Salvador Vico, Roberto Sánchez, Julio Galán, Henar Sastre, Gonzalo Coello, Gabriel Santiago, Eugenia Hernáiz, Enrique Amigo, Carolina Pérez y Alberto Plaza examinan el tema de las manos «desde un combinado de propuestas particulares». Está comisariada por Samuel Santiago.

Con el proyecto ‘Manos’, los doce artistas de la Asociación trasladan el mito popular a la actualidad, «reinterpretándolo mediante el dibujo, la pintura, la escultura, la instalación, la fotografía y el audiovisual», formatos que les permiten expresar su reconocimiento «a la importancia de las manos y a su conexión con los sentimientos, la comunicación, las artes, la experiencia, la historia, la injusticia y el género».

«Pedazo lugar» para un exposición
Jesús Julio Carnero, presidente de la Diputación, recordó que el lugar es perfecto para esta muestra del colectivo. “Si algo tiene Rioseco es arte”. El alcalde de Simancas, Alberto Plaza, dijo que se trata de “un lujo para Simancas poder apoyar a estos artistas, algunos de ellos ya muy conocidos”. Artemio Domínguez se mostró “asombrado” por el buen contraste “entre lo antiguo del convento y lo moderno de las piezas expuestas”. “Se trata de un espacio de arte vivo, de arte actual. Si los Enríquez en aquella época contaban con muchos artistas, ahora, en el siglo XXI, están aquí nuestros artistas con un símbolo tan especial como son las manos”, concluyó el regidor. Por último, Enrique Amigo, en representación de los artistas del colectivo, destacó el “pedazo e impresionante lugar” para exponer su obra.