Luis Silva y sus dos pasiones: la fotografía y los insectos

El biólogo riosecano ofrece una ilustrativa conferencia dentro de 'Tardes con arte' en San Francisco mostrando sus mejores instantáneas entomológicas

J. a. Gallego. Fotografía: Fernando Fradejas y Luis Silva

Cuando uno sale al campo a disfrutar de la naturaleza o simplemente a dar un paseo, en la mayoría de las ocasiones está obviando que hay cientos, miles, de seres minúsculos a su alrededor que, de no fijarse, pasarán irremediablemente desapercibidos. Son los insectos, esos invertebrados que, a menudo, logran molestarnos o incluso que puede llegar provocar fobias. Lo cierto es que si uno se interesa por el tema puede llegar a engancharse y a convertirse en todo un experto de la entomología. Es lo que le ha ocurrido al riosecano Luis Silva, capaz de conjugar sus dos pasiones: la fotografía y los insectos.

Silva, biólogo de profesión y docente, ha sido capaz de fotografiar a miles de estos pequeños bichos y de captar instantáneas que rozan la obra de arte, por su composición, colorido o textura. Otras, en cambio, producen fascinación, porque esos pequeños seres más bien parecen alienígenas salidos de una película de ciencia ficción; en otras ocasiones la imagen provoca la ternura propia de contemplar a uno de estos minúsculos animales proteger a sus crías, e incluso, a veces las instantáneas son desgarradoras cuando el objetivo aumenta la escena y muestra a los depredadores en plena acción, cumpliendo su función en el ciclo vital de la sabia naturaleza. Es la macrofotografía o la fotografía de acercamiento, esa que permite ampliar la escena, congelar el instante y llevar hasta nuestra retina una imagen que, de otra manera, sería casi imposible contemplar.

Luis Silva clausuró esta primera ronda de las Tardes con arte, que se enmarcan dentro del programa el Verano Cultural, programado por el Ayuntamiento, con una conferencia en la que las auténticas protagonistas fueron el centenar de espectaculares imágenes proyectadas en una pantalla. Todo tipo de escarabajos, mariposas, mantis religiosas, arañas, chinches, orugas, saltamontes e infinidad de otros insectos fueron pasando ante los espectadores como si de una improvisada pasarela de moda de tratase. Colores, formas, texturas… todo un espectáculo fotográfico que dejó con la boca abierta al más de medio centenar de personas que se dieron cita en esta actividad.

Silva fue desgranando divertidas anécdotas, “porque cada fotografía tiene su pequeña historia”, pinceladas técnicas, los aparatos que este fotógrafo necesita para ser capaz de capturar estas instantáneas, todas ellas recogidas en los alrededores de Rioseco, especialmente en Montes de Torozos. “Lo increíble de este tipo de fotografía es que te bajas del coche y en cinco metros has podido hacer 300 fotografías o andar cinco kilómetros y no poder hacer ninguna”, aseguró, al tiempo de enumerar que los principales problemas a la hora de fotografiar a estos pequeños ‘modelos’, son el viento, su inquietud de los modelos y la iluminación.

Una de sus fotografías preferidas guarda una increíble historia. “Iba un día paseando por el campo y soplé una amapola, sus pétalos se abrieron y descubrí cuatro abejas en su interior. Duermen juntas y hacen vibrar sus alas para darse calor. Una de ellas, se molestó con mi presencia y volvió a cerrar los pétalos”, relató Silva, mostrando la fotografía en la que se puede adivinar esta sorprendente historia, que bien podría ser el inicio de un cuento infantil.

Biólogo y riosecano
Luis Silva es profesor de biología. Desde el año 1988 se inició en el mundo de la fotografía y en concreto en la macrofotografía, especializándose en los insectos. Desde entonces ha impartido cursos, talleres y seminarios para diversas instituciones, además de participar en numerosas exposiciones colectivas e individuales. Además de participar en los cortometrajes del también riosecano Ramón Margareto, Luis Silva lleva trabajando los tres últimos años en un proyecto fotográfico sobre su cofradía, la del Cristo de la Pasión. Miguel García Marbán, director del Museo de San Francisco donde se llevó a cabo la actividad y colaborador de este periódico, le definió como “un riosecano”. En su presentación, García aseguró que, según dijo Julio Cortázar, la labor de fotógrafo es similar a la del cuentista, «ya que se ven precisados a escoger y limitar una imagen o un acaecimiento que sean significativos, que no solamente valgan por sí mismos, sino que sean capaces de actuar en el espectador o en el lector como una especie de apertura, de fermento que proyecta la inteligencia y la sensibilidad hacia algo que va mucho más allá de la anécdota visual o literaria contenidas en la foto o en el cuento”. Por su parte, el concejal de Cultura, David Esteban, fue el encargado de cerrar el acto, y de adelantar que estas Tardes de Arte tendrán su continuidad próximamente.

share on: