De la Iglesia: «El baloncesto es un juego totalmente participativo»


Redacción: Miguel García / Fotos: Fernando Fradejas

El baloncesto vuelve a ser una realidad deportiva en Medina de Rioseco, como lo avala el centenar de niños y jóvenes que en el presente curso se han inscrito en las escuelas deportivas del Colegio Campos Góticos y del Instituto Campos y Torozos. Un hecho que ha sido posible gracias a la ilusión del entrenador Luis Alfonso de la Iglesia, quien, con gran constancia y profesionalidad, ha hecho posible que lo que era un sueño sea una realidad.

Tiene cada persona unas líneas secretas que unen todos los años de su vida. La familia, los amigos, una afición, algunas costumbres, un trabajo o unos recuerdos, enlazan sus días en una especie de larga cadena invisible. En el caso del riosecano Luis Alfonso de la Iglesia, el deporte ha marcado su vida. Una práctica que comenzaría en edad muy temprana en categoría infantil con dos años de baloncesto en el CD Rioseco. Más tarde, desde los 15 a los 20 años, sería portero en el CD Sequillo, de Villabrágima, en categoría 1ª Regional Preferente, siendo a los 17 años llamado para jugar con la Selección Provincial de Fútbol de Valladolid, con la que sería campeón de Castilla y León. Después, de los 20 a los 28 años, jugó, también de portero, en el CD Rioseco. Todo ello, sin olvidar el baloncesto, deporte que siempre le ha gustado practicar, como lo demuestra los años que formó parte del CB Almirantes en sus participaciones en los campeonatos provinciales. Actualmente, sigue practicando el baloncesto por diversión, a la vez coordina las escuelas deportivas de baloncesto de Colegio Campos Góticos y del Instituto en una bonita y exitosa aventura altruista.

¿Por qué esta aventura altruista de las escuelas deportivas de baloncesto?
Todo empezó hace ocho años cuando Marta y Miguel me pidieron que asumiera este roll. Me pareció un reto bastante bueno, y sin persármelo dos veces acepté. Me acuerdo del primer día, no entrenábamos, sólo se jugaba. Esperé a las jugadoras a la puerta del polideportivo y según iban llegando las iba conociendo, algunas eran de Rioseco, las conocía de vista o de natación, pero a las de fuera de Rioseco era la primera vez que las veía. Pensé dónde te has metido Luis… Eran dos equipos, primer y segundo año de alevín femenino, alguna de ellas después de ocho años todavía está entrenando conmigo.

¿Alguna vez pensó en el éxito que ha alcanzado su iniciativa?
Yo no se si llamarlo éxito. Cuando comencé fue un reto, algo nuevo por experimentar. Si se ha llegado a mantener a 70 jugadores es por la gran ayuda de personas como Miguel Ángel Jiménez, que este año será campeón provincial, en categoría cadete, con su equipo. También tengo que nombrar a Laura Ares, Diana Cañibano, Olga Pastor, las hermanas Estíbalitz e Irene Pinilla y Belén Sancho, sin ellos el baloncesto en este pueblo no existiría.

¿Dónde reside el triunfo?
Mi objetivo es la continuidad. Un alta en un equipo es un triunfo, una baja son muchas preguntas las que me hago, aunque tengo que decir que me he tenido que hacer pocas preguntas a lo largo de estos 8 años. Me preocupa trabajar los entrenamientos y los partidos de una forma que se les exija a los jugadores, pero siempre desde el punto de vista participativo y divertido. También se me piden objetivos, y yo me los pongo. Algo que es difícil entrenando cuarenta minutos a la semana con cada equipo, y son seis. Pero en algunas categoría ahí estamos, no quedamos primeros pero si segundos, terceros, y hasta últimos, pero mi satisfacción es que éstos, sin ganar ningún partido, salen contentos y conociendo poco a poco el baloncesto.

¿Qué tiene el baloncesto que no tengan otros deportes?

Desde el punto de vista de entrenador, la estrategia personalizada. En tres segundos se puede ganar un partido con una simple jugada inventada en décimas de segundo, o con un sistema ya trabajado durante toda la temporada. Como yo digo, los partidos los ganan los jugadores y los pierden los entrenadores, hay que incentivar. También disfruto con el scouting, el trabajarse al equipo contrario es comenzar con 10 puntos a favor. En definitiva, es un deporte en el que siempre estás aprendiendo.

Desde el punto de vista de un niño, el baloncesto es un juego totalmente participativo, atacan cinco y defienden cinco, todos los jugadores en juego tienen las mismas posibilidades de encestar. Es comunicativo, se trabaja con la palabra, con señas, con miradas. Es muy técnico, por lo que se trabaja mucho la coordinación de los movimientos, y en el término táctico, realmente maravilloso.

¿Cómo le gusta que sean sus entrenamientos?
Preparados, a veces no hay tiempo para eso, salir de trabajar a las cinco menos cuarto y tener el entrenamiento a las cinco es duro. Tiene que ser completos, divertidos y funcionales.

¿Qué exige de sus jugadores?
Máxima entrega y concentración.

¿En qué se fija en un nuevo jugador?
Predisposición, todos los jugadores que tengo saben que odio oír “no”,  “no quiero” o  “no puedo”.

¿Cuál ha sido hasta ahora el mejor momento que ha vivido como entrenador?
El quedar campeones provinciales en categoría alevín femenino.

¿Y el peor?
Tener que aguantar descalificaciones de padres al entrenador o algún jugador.

¿Qué aspectos son para usted los más importantes a la hora de formar a sus jugadores?
Una buena base, tanto deportiva como educativa.

¿Qué es lo que más valora en el jugador?
El compañerismo. Prefiero una buena asistencia o un buen bloqueo a una buena canasta.

¿Cómo ves la situación actual de los Juegos Escolares?
Actualmente con la crisis que hay no se puede quejar uno, pero el futuro no es muy halagüeño. Ya este año se pensó en suprimir el transporte, lo que ocasionaría el fin del deporte escolar en esta zona. Este año algunos equipos se han quedado sin su camiseta para jugar. Esperemos que se mantenga como mínimo lo que tenemos.

¿Qué pide a las administraciones?
Que contribuyan económicamente. Son 7 equipos de baloncesto los que llevo, unos 70 jugadores, 6 monitores. Con económicamente me refiero a horas de pabellón, material deportivo, ropa deportiva y, por qué no, a incentivar económicamente a los monitores titulados que gastan dinero y tiempo de su vida.

¿Y a los centros escolares?
Ayuda, que incentiven y promuevan la actividad extraescolar basada en el deporte.

¿Y a los padres?
Un favor, sólo eso, que se diviertan viendo jugar a su hijo al baloncesto.

¿Un consejo de entrenador?
Paciencia.

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