Poco a poco el color amarillo intenso que baña los campos castellanos va desapareciendo. Y es que sólo los girasoles más perezosos se resisten a ser achicharrados por el sol de justicia de Tierra de Campos, antes de ser convertidos en aceite. Así lo recoge la imagen, de Jesús Ruiz Acuña, que, de nuevo, nos envía estas preciosas fotografías que adornan, hoy, La Mirada del Día.