
La expectación estaba puesta en la dársena del Canal de Castilla. Allí, los más pequeños deseaban ver, a lo lejos, el barco Antonio de Ulloa en el que llegaron a la Ciudad de los Almirantes los Magos. Pero antes, tocaba el renovado videomapping proyectado en la fachada de la fábrica de Harinas y una colección de fuegos artificiales que precedieron la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar. Incluso personajes como Mickey Mouse, el Parto Donald o la Patrulla Canina se sumaban a la fiesta y descubrían el verdadero espíritu de la Navidad.
El barco eléctrico se vislumbraba a lo lejos enmarcado en luces de colores. Fue entonces cuando los Reyes Magos salían a la proa a saludar a todos los niños. Caras de sorpresa, de alegría e incluso algún pequeño con algo de miedo prefería no mirar –más que de reojo- a los Magos de Oriente.
Cuando arribaron se montaron en sus carrozas e iniciaron la Cabalgata por la calle San Juan, calle Mayor hasta llegar al Ayuntamiento. Junto a Melchor, Gaspar y Baltasar, personajes de Disney, el pesebre con San José María y el niño Jesús, pastorcillos, un gran elefante y el hada madrina componían el cortejo, en el que ha colaborado activamente el Club Deportivo Almirantes.
Los Reyes llegaron hasta el Ayuntamiento, saludaron a todos los presentes y recibieron, uno a uno, a todos los niños con los que hablaron y obsequiaron con caramelos. Luego, todos a la cama. A Melchor, Gaspar y Baltasar les esperaba una larga noche para repartir todos los regalos en los hogares riosecanos.
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