Los Descendimientos, «dos máquinas de procesionar», según Burrieza

El profesor ofreció una conferencia sobre los Descendimientos de Valladolid y Rioseco
El historiador abrió las undécimas jornadas de Hermandad de La Escalera

Redacción. Fotos: Fernando Fradejas

El profesor de la Universidad de Valladolid, Javier Burrierza, pregonero de la Semana Santa de Medina de Rioseco en 2013, fue el encargado este viernes de abrir las undécimas jornadas de Hermandad La Escalera, hoy como ayer, que se celebran este fin de semana en el Teatro Principal. Lo hizo con una interesante conferencia titulada ‘Dos máquinas de procesionar. Los Descendimientos de Valladolid y Rioseco’.

Presentado por el presidente de La Escalera, Ángel Gallego Rubio, Javier Burrieza hizo una introducción histórica de la iconografía del Descendimiento y de algunos otros conjuntos escultóricos surgidos antes del paso creado por Gregorio Fernández para la Penitencial de La Vera Cruz de Valladolid en 1624. Ese fue el modelo que luego tomaría Francisco Díez de Tudanca para hacer el conjunto riosecano conocido por La Escalera.

Fernández anteriormente había tallado un Descendimiento para la Cofradía de las Angustias, aunque siguiendo otro modelo. Con los dos ladrones, San Juan y María Magdalena y Cristo ya en brazos de su madre. No obstante, Burrieza asegura que con la creación del Descendimiento de la Vera Cruz llega al culmen de la teatralidad y supone un antes y un después en pasos procesionales.

“27 años después de la muerte de Gregorio Fernández, los oficiales de la Quinta Angustia de Rioseco deciden encargar un paso a imagen y semejanza del de Valladolid. Lo hacen a Francisco Díaz de Tudanca, un escultor cofrade en Valladolid, que gozaba de un considerable prestigio, aunque fuera mucho más mediocre que Fernández”. El paso se hizo en tiempo récord. En Marzo de 1663 se firmó el contrato y “en el Viernes de la Cruz” de 1664 procesionaría por vez primera en las calles de Rioseco.

Burrieza desglosó algunas de las curiosidades del contrato que se fijó en 6.000 reales, un precio que se reduciría a 4.000 sino se entregaba en tiempo y forma. “Además la penitencial de Quinta Angustia encargó al escultor cuatro soldados, una urna y dos ángeles para el paso del Sepulcro”.

Los modelos del Descendimiento de Valladolid y Rioseco, los primeros de toda España, serían copiados después en otros lugares como Villalón, Sahagún, Zamora, Astorga o Medina del Campo, según explicó el profesor.

Burrieza explicó por qué se le conoce al Descendimiento de Valladolid como “el reventón”. Fue en una posesión de 1741, cuando un cofrade que portaba el paso “quedó debajo y le sacaron reventado”, según recogen las crónicas de la época. Asimismo, abordó también el paralelismo de las vírgenes de ambos pasos. La de Valladolid adquirió tanta devoción que fue separada del conjunto para procesionar en solitario cerrando la procesión. De la de Rioseco no se tienen datos, hasta que en la década de los 80 el escultor vallisoletano Mariano Nieto copió la del Descendimiento de la capital.

El historiador se refirió al auge que cogen los actos de Descender a Cristo en el siglo XVIII, procedentes de la Edad Media, en lugares como Bercianos de Aliste o Villavicencio. Además relató que en 1939, surgió la Cofradía del Descendimiento de Valladolid, que alumbra a este paso, propiedad de la Penitencial de la Vera Cruz. Algo parecido ocurrió en Rioseco. Los cofrades de la Quinta Angustia ya no alumbran a su paso, sino que en el siglo XIX las antiguas archicofradías fueron generando las hermandades como hoy se conocen, explicó el profesor.

Por último, Javier Burrieza dijo que dos de los momentos más emocionantes que ha vivido en la Semana Santa fueron en Rioseco. “El año que fui pregonero tuve el honor de vivir la entrada de los Pasos Grandes desde el interior de la Capilla. “Un momento emocionante, en el que incluso pasé miedo, viendo la valentía y el buen hacer de las 20 personas que introdujeron el paso de La Escalera en la Capilla”. El otro momento, corresponde al 350 aniversario del Paso del Descendimiento, cuando “mis hijos tuvieron la oportunidad de cargar con el paso infantil que se hizo en esa efeméride”.

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