Luis Ángel Lobato -que no necesita presentación en estas páginas- acaba de publicar su último libro de poesía en Ediciones Cálamo: Dónde estabas el día del fin del mundo. El nuevo libro es coherente con la trayectoria poética propia del autor pero, al mismo tiempo, supone una cesura, un tajo, en su obra en marcha, al anunciar, con fiero dramatismo, la posibilidad del fin de ese mundo poético propio, que no es otro para Luis Ángel Lobato, que el fin del amor, o la destrucción de un amor. Este artículo quiere ser una invitación a la lectura de Dónde estabas…, que desde ayer está en las librerías. Un libro que ha llegado para quedarse en la historia de la poesía en castellano. Dónde estabas el día del fin del mundo se presentará en la Feria del Libro de Valladolid el día 28 de abril. Junto al autor, realizarán su presentación Gustavo Martín Garzo y Blanca Jiménez Cuadrillero
Un fantasma recorre el último libro de poesía de Luis Ángel Lobato anunciando la muerte del amor y, en consecuencia, el irremediable fin del mundo. El mundo del que hablamos no es otro que el mundo poético propio que el autor ha edificado en sus seis libros de poesía, y el fin del amor no es otro que la posibilidad de destrucción de un amor, en singular, al que no se quiere renunciar.

A la pérdida o al temor de la pérdida de ese amor que ha sido -¡y es!- refugio, raíz de descanso, aliento, frecuentación,… le sucede, a la vez, la conciencia de que no hay ni habrá final para la pena, y que esta permanecerá en un tiempo después del tiempo, solo inhabitado por el silencio, la orfandad y la negación de lo amado. Por eso, en un momento, puede vislumbrarse la visión rauda de unos potenciales cortes en una muñeca y el autor podrá imaginar que muere sin que la amada le escuche.

En un mundo que expira porque el amor ha sido arrojado de él, solo podemos asistir al desfile de las limaduras de las osamentas de los dioses camino del desagüe, o al acarreo del espíritu de Dios hacia el crematorio. “¿Qué quedará de nosotros/ cuando el amor se haya ido? ¿Qué será/ de nuestra muerte cuando el amor/ se haya ido?”. Son las interrogaciones casi finales del libro, aunque un ruego se infiltra entre los intersticios de la desesperación: que el poema, los poemas, no establezcan un alcance, -una distancia- inaccesible con la amada, pues “de la dulzura solo tú”.
La itinerario literario de Luis Ángel Lobato –Galería de la fiebre (1992), Pabellones de invierno (1997), Regreso al tiempo (2003), Brillante (2005, inédito), Lámparas (2010) y el libro ahora recién editado-, se inicia en la corriente generacional común del neosurrealismo y el esteticismo, aunque incorpora casi desde su origen un núcleo de memoria intimista y personal cuyo equilibrio, como una aleación maestra, consigue dar a sus últimos libros un extraordinario vigor poético.
Los poemas de Dónde estabas el día del fin del mundo, expresan el temor a la pérdida del amor y el temor a la consumación de nuestro tiempo, pero no dejan de ser, también, una expresión del deseo de renacer desde las cenizas del amor y del mundo. Esperemos el siguiente libro de Luis Ángel Lobato para conocer la respuesta.
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