La Virgen y el Cristo de Castilviejo, preparados para su festividad

Tras nueve días de novena, los fieles trasladaron ayer en procesión ambas imágenes desde la iglesia de Santa María hasta el ermita de Catsilviejo

Fotos: Fernando Fradejas

La lluvia que amenazó con aparecer durante todo el domingo respetó, sin embargo, el popular traslado de las tallas de la Virgen y el Cristo de Castilviejo a su casa: la ermita de la patrona, situada a cuatro kilómetros de la localidad. Tras el último día de novena que ha predicado el padre Paúl, José Luis Castillo en la iglesia de Santa María, las tallas de la Virgen y el Cristo eran trasladadas en procesión seguidas de cerca de trescientas personas. Cabe señalar que, como en anteriores ocasiones, cada jornada de esta novena ha sido dedicada a un colectivo diferente como los niños, los músicos, jóvenes, ancianos y enfermos, deportistas, cofrades, voluntarios y a los matrimonios con más de 25 años.

La primera parada tuvo lugar en la calle de Castilviejo, donde los cofrades desmontaron las andas del Cristo para que su traslado fuera más cómodo. Una oración de despedida para los fieles que no pudieron acercarse hasta la ermita, y a continuación el traslado tomaba la pequeña carretera que conduce al santuario mariano.

Los cánticos y el rezo de rosario se sucedieron durante todo cortejo que a medio camino vio como anochecía para llegar hasta la ermita prácticamente a oscuras. Tras colocar las dos tallas en el altar mayor y el rezo de la salve se dio por concluida esta jornada, a la espera de que hoy tenga lugar el día grande, en la festividad de la patrona la Virgen de Castilviejo, con la misa, procesión y posteriormente las populares comidas campestres.

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