
Aunque el convento permanece cerrado desde hace más de una década, la parroquia riosecana celebra los actos litúrgicos en honor a la Virgen del Carmen, muy venerada en Rioseco, en la iglesia que conserva una preciosa talla de Gregorio Fernández, que preside el altar del templo.
No obstante, este año los feligreses se encontraron con sillas en el interior de la iglesia en lugar de los tradicionales bancos. Al parecer, según ha podido conocer este periódico, el arzobispado de Valladolid los ha trasladado a otra iglesia de la provincia vallisoletana. Por el momento, el conjunto conventual –habitado por monjas carmelitas durante cuatro siglos hasta su marcha en 2004- sigue en venta.
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