
Se trata de un momento emotivo, en el que dos familias llevan esta Virgen para que reciba los cuidados en el Arco Ajújar de Pilar Legido Guerra, que se encarga de que todo está a punto jueves y Viernes Santo, cuando los conjuntos escultóricos se acerquen hasta la centenaria puerta de la muralla para realizar la popular rodillada.
Desde algunos años se viene barajando la posibilidad de que este traslado pudiera realizarse de forma más solemne y en vísperas de la Semana Santa. Una idea nada descabellada y que podría dignificar este momento tan semanasantero que pocos riosecanos conocen.
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