La singular concepción estética de Josep Soler

Fernández Magdaleno abrió el curso de la Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción con una magistral lección sobre el compositor catalán

M.G.M.

«La belleza, escribe Jiménez Lozano, nunca es adormecedora y evasiva; por el contrario, trastorna el corazón y la cabeza, y, al final, el orden del mundo». Sin duda alguna, una belleza hacia la que, una y otra vez, durante su vida se ha encaminado el compositor Josep Soler en su extensa y completa obra pianística, que el pasado jueves el interprete riosecano Diego Fernández Magdaleno mostró de forma brillante en la lección inaugural que abrió el curso 2012-2013 de la Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción. Un honor que el riosecano agradeció a sus compañeros de la Academia.

Ante los distintos académicos y en presencia del delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano, del presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, y del Comandante de Valladolid y Palencia, General Aurelio Quintanilla Burgos, el pianista riosecano hizo un estudio sobre Soler, yendo  de lo más general a lo más concreto. Primero se centró en su entorno creativo y en sus influencias más importantes desde todos los puntos de vista, no sólo musicales, sino también literarias, filosóficas y, sobre todo, cinematográficas.

Después, Fernández Magdaleno llevó a cabo un recorrido por la obra del veterano compositor y, en particular, por su estética. Por último, realizó el análisis de su obra pianística, que conoce en profundidad al haber estrenado alrededor de 30 de sus obras. Para Fernández Magaleno, que ha dado conferencias y seminarios sobre la música de Josep Soler, “es una de mis referencias fundamentales”.

No hay que olvidar que Soler es uno de los más sobresalientes compositores de su generación en todo el ámbito hispánico, el más influyente como maestro y el más personal como pensador de la música.

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