La rama sefardí de los Pinto, la familia más rica de Holanda (II)


Teresa Casquete Rodríguez

Como dijimos en el pasado capítulo de esta “historieta” riosecana, los descendientes del riosecano Rodrigo Álvarez Pinto, decidieron establecerse en el norte de Europa, concretamente en Amberes, una ciudad en la que ya vivía una numerosa colonia de judíos españoles y portugueses. Una vez instalados en esta ciudad decidieron no ocultar más sus verdaderos sentimientos religiosos y cambiando, además, sus nombres cristianos por otros hebraicos. Estos descendientes son conocidos por los historiadores como los Pinto de Amberes, lo que ha llevado a la confusión con la familia del riosecano Baltasar Pinto de Amberes, Alcalde Mayor de San Salvador, en América, descendiente de la familia de mercaderes riosecanos también apellidada Pinto y de otra de origen flamenco dedicada a la importación de tejidos y afincada en Rioseco, los Amberes. Por tanto, no existe relación alguna entre ambos personajes. Baltasar era cristiano, de antepasados cristianos y español, de Medina de Rioseco, de otra manera nunca se le hubiera concedido el importante cargo administrativo en Indias que tuvo. Mientras que los otros eran judíos, con antepasados judeoconversos y portugueses. Quizá en algún determinado momento compartieron un abuelo común (recordemos que Rodrigo Álvarez Pinto era riosecano), pero en esos momentos, el siglo XVII, unos y otros no guardaban relación ninguna.

Años más tarde los Pinto sefardíes decidieron mudar su residencia a Rotterdam (donde se conservan aún algunas de las tumbas familiares) y con posterioridad a Ámsterdam, ciudad en la que permanecieron hasta el siglo XX.

El miembro más destacado de los Pinto en Holanda fue Isaac Pinto, quién construyó un elegante palacio a orillas de uno de los típicos canales de Ámsterdam, conocido como la Pinto huis (Casa de los Pinto) y que hoy es una biblioteca pública. Un edificio de hermosos techos decorados con pinturas y emblemas heráldicos familiares y de elegantes chimeneas labradas en mármol. La misma ciudad conserva otra casa familiar con el blasón de los Pinto (que fue la residencia de Isaac de Pinto), motivo que también puede verse en el lomo de la rica encuadernación de varios libros, procedentes de la importante biblioteca que llegó a reunir la familia y que hoy se encuentran a la venta en el mercado anticuario holandés. Isaac de Pinto fue asesor del rey Guillermo IV de Holanda. Hombre de gran cultura, amigo de Voltaire y Benjamin Franklin y autor de varios libros de filosofía y economía. Los escritos de la época (finales del siglo XVIII) lo describen también como el hombre más rico de Holanda, apareciendo su casa en varios grabados del momento y su nombre vinculado a importantes actividades políticas y comerciales de la Holanda dieciochesca. Precisamente una de las ilustraciones de hoy es un grabado holandés realizado por Romeyn de Hooghe, en el siglo XVII, en el que se ve esta vivienda, la otra es una fotografía actual de la misma.

Sus descendientes siguieron habitando en Ámsterdam dos siglos más, hasta que con la invasión nazi del país muchos de ellos fueron deportados al campo de concentración de Auschwitz, donde murieron. Algunos de los supervivientes trasladaron su residencia a Israel, donde aún residen.

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