Están viviendo su temporada, su año más pasional, más alegre y más fructífero. Son sufridores, pero esta campaña también ganadores. Y es que en Rioseco también existen muchos atléticos que el pasado sábado, tras el pitido final que les daba el campeonato liguero, desbordaron su alegría después 90 minutos de infarto. En uno de los bares atléticos por excelencia, El Sequillo, muchos aficionados se concentraron para disfrutar y sufrir con el partido. Su propietario, Jorge Rodríguez, descorchó champán y varios aficionados recorrieron las calles en sus coches haciendo sonar el claxon y a ritmo del himno atlético.
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