La magia y la ilusión del circo llegaron ayer a Medina de Rioseco con la atractiva sesión que el Circo Atlas, instalado en la era Costilla, ofreció a un más de un centenar de espectadores entre los que había muchos niños.
Los números de los intrépidos malabaristas y contorsionistas se unieron a las risas de los payasos y a las habilidades de animales, como un poni o un asno, en un espectáculo en que, a pesar de su sencillez, no careció de la emoción y la sorpresa como componentes fundamentales del circo.
No faltaron tampoco en la pista animales exóticos como un dromedario, una llama, un enorme buey watusi o dos largas serpientes pitones que hicieron las delicias de los más pequeños, al igual que el león y la leona que se podían observar en el exterior del circo dentro de un camión. Esta tarde el Circo Atlas ofrecerá a las 19.00 horas su última y emocionante función en Medina de Rioseco.