Es lo más parecido a una pesadilla. Ni los más viejos del lugar conocían suspender la Procesión del Mandato del Jueves Santo en Medina de Rioseco. En 2011 comenzó la racha negativa y ya van tres suspensiones por el mismo motivo: la inoportuna agua.
La de hoy ha sido una circunstancia calcada al del pasado año. Unos minutos antes de las ocho de la tarde comenzaba a llover suavemente, lo que hacía que los presidentes de las nueve cofradías con la Junta Local de Semana Santa esperaran hasta las ocho y media para conocer los partes meteorológicos de la AEMET. A las ocho y diez dejaba de llover y treinta minutos después se anunciaba que el desfile saldría.
El propio presidente de la Junta de Cofradías, Andrés San José, explicó que había riesgo de que pasadas las nueve pudiera llover y que en ese caso los pasos que estuvieran el calle se refugiaran en las iglesias más cercanas y la procesión quedaría automáticamente suspendida. Y Así fue, cuando salía el cuarto de los conjuntos escultóricos que conforman el relato de la Pasión comenzó a llover.
Ecce Homo y Jesús Atado a la Columna regresaban de inmediato al templo de donde habían partido, la Oración en el Huerto y la Flagelación se refugiaron en la Iglesia de Santa María. En ese momento, se anunciaba oficialmente la suspensión y minutos más tarde se entonaba la Salve a la Virgen Dolorosa, que se centró en el altar mayor.
Las caras de los centenares de personas que abarrotaban el templo lo decían todo y muchos cofrades no pudieron reprimir las lágrimas, que a esas horas eran de tristeza, pero también de importancia al comprobar, que un año más, el momento más esperado del año se truncaba por la inoportuna lluvia.
Antes todo había ido según marca la tradición: los refrescos de las diferentes cofradías, el desfile de gremios y los oficios. Pero en el momento crucial todo se repitió: lluvia, suspensión y lágrimas, muchas lágrimas. El año que viene tiene que ser.