La lluvia desaparece milagrosamente y los pasos lucen en la calle

Los siente conjuntos escultóricos desfilaron por las calles sin ningún sobresalto como en los últimos años provocado por la lluvia que no hizo acto de presencia

Centenares de personas se dieron cita en el corro de Santa María de Medina de Rioseco para contemplar la salida de los siete conjuntos escultóricos que participaron en la procesión de la Pasión el pasado viernes. Minutos después de las 20 horas comenzó a sonar ‘La Lágrima’ anunciando la salida de los dos ‘pasos grandes’, otro año más la espectacularidad se daba cita en la salida del ‘Longinos’ y la ‘Escalera’, como se conoce popularmente a La Crucifixión y El Descendimiento.

La lluvia, milagrosamente remitió a lo largo de la tarde, y las calles de Rioseco se llenaron de turistas deseosos de ver Semana Santa y una de las procesiones más típicas, espectaculares y genuinas de todas cuantas se celebran a lo largo y ancho de la geografía nacional.

La fuerza, pericia y tradición se apoderaron de los veinte cofrades que sacaron a hombros los dos titánicos conjuntos escultóricos de su capilla escasos centímetros más grandes que los dos pasos, dando comienzo a la procesión.  Por la puerta de la iglesia de Santa María salieron los cinco pasos que completaban la procesión, el Cristo de los Afligidos, el Cristo de la Paz, La Piedad, el Sepulcro y La Soledad.

Poco a poco, estas grandes tallas labradas entre los siglos XVI y XIX por grandes imagineros alcanzaron la calle Mayor, uno de los marcos más apropiados para contemplar la procesión. Allí, entre los angostos soportales se produce uno de los momentos más bellos, conocidos como ‘el baile’, donde los pasos son mecidos a hombros de los hermanos acompasadamente al ritmo de las marchas fúnebres.

Otro de los momentos muy emotivos de este desfile penitencial, uno de los más importantes de cuantos se celebran en la Comunidad, es la popular ‘rodillada’, una reverencia a la Virgen de la Cruz en la puerta de ‘Ajújar’. Y casi sin tiempo para recuperarse los dos ‘pasos grandes’, conforme a como manda, la tradición subieron la empinada calle Medina de un ‘tirón’ demostrando de nuevo su fuerza y pericia.

Horas antes de la procesión, cada hermandad se reunió en el tradicional ‘refresco’ para tomar un refrigerio y tallar a los cofrades, que por riguroso orden de lista portarían a hombros el paso este año. Después todas las hermandades realizaron el desfile de gremios y mediante un acto protocolario en el Ayuntamiento invitaron a las autoridades, entre las que destacó el presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, a participar en la procesión.

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