La lluvia arruina el Viernes Santo con los Pasos Grandes en la calle

Longinos y Escalera salieron al corro y tuvieron que entrar, minutos después, debido a la incesante lluvia. Los pasos de Santa María no llegaron a procesionar

Redacción / Fotos: Fernando Fradejas

La Semana Santa de 2012 será recordada como una de las más aciagas de las últimas décadas. Si el Jueves Santo la lluvia impedía la procesión del Mandato (tan sólo tres pasos salieron a la calle), el Viernes Santo fue un calco de la jornada anterior. Tan sólo los dos Pasos Grandes, Longinos y Escalera, salieron de su capilla, y menos de una hora después regresaban al interior, cuando la lluvia se intensificaba.

La crónica del Viernes Santo comienza al amanecer y lo hace con un presagio funesto: nieva; tanto que incluso cuaja en los tejados y en los coches. Según las previsiones todo hace indicar que la lluvia pueda dar una tregua desde las seis de la tarde hasta el filo de la media noche. Pero una vez más las previsiones fallan.

La recogida de gremios hubo de suspenderse, no así el desfile. Ante la incesante lluvia, desde la Junta de Cofradías decidió que la tradicional recogida de cofradías que a esas horas celebraban los refrescos no se llevaría a cabo. Todas las hermandades se concentraban en la Plaza de Santo Domingo y de allí a la Junta Local de Semana Santa, para recoger a la Vara Mayor e iniciar el desfile hasta el Ayuntamiento, donde esperaban las autoridades. La tarde abrió y parecía que la procesión podría celebrarse.

Con unos minutos de retraso, debido a la tardanza en los Oficios y a la excesiva duración del acto del Ayuntamiento, se abrían las puertas de los Pasos Grandes y con ellas los primeros paraguas del público para resguardarse de una finísima lluvia. El Longinos salió al corro, y detrás La Escalera. La lluvia arreció y los pasos de Santa María, Cristo de los Afligidos, Cristo de la Paz, Piedad, Sepulcro y Soledad, decidieron no salir. La procesión, oficialmente, quedaba suspendida. Entonces, primero el Descendimiento y, más tarde, la Crucifixión -que había llegado hasta el corro de San Miguel- devolvían los conjuntos al interior de la Capilla en una complicada maniobra agravada por la lluvia y por el poco tiempo de descanso de los 20 hermanos que sacaron el paso unos pocos minutos antes.

Al filo de las 21.30 horas, cofrades y visitantes se concentraban en la iglesia de Santa María para cantar la Salve a la Virgen de la Soledad, situada en el centro del templo. El presidente de la Junta Local de Semana Santa, Andrés San José, ponía punto y final a la procesión: «Al menos que esta lluvia sea buena para el campo», dijo. Se repetían entonces las mismas caras de desolación, tristeza y muchas lágrimas afloraban en la mejillas de los cofrades que ven como habrá que esperar un largo año para sacar de nuevo sus pasos. 2012, en definitiva, una Semana Santa para olvidar.

Vea las fotografías del Viernes Santo realizadas por Fernando Fradejas

   
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