La Flagelación despide a Amable Fuentes, número uno de la hermandad

El Hermano Mayor de la cofradía murió el pasado Martes Santo a los 88 años de edad

Miguel García Marbán

La Hermandad de la Flagelación está de luto. A los 88 años de edad, el pasado Martes Santo falleció en Madrid Amable Fuentes Hernández, el hermano mayor de la cofradía. Al día siguiente, el Miércoles Santo por la mañana, un responso en el cementerio despedía al veterano riosecano en presencia de la vara de su hermandad. Poco antes,  como una costumbre que se pierde en los inicios de la cofradía, los hermanos acompañaron a Amable Fuentes en su última llegada a Medina de Rioseco.

Amable Fuentes Hernández, siguiendo una larga tradición familiar, ingresó en la cofradía en 1948 como lo habían hecho sus abuelos, Francisco Carnicer y Amable Fuentes Calderón; su padre, Francisco Fuentes Carnicer, y su tía Isabel Fuentes (hermana de luz), y como lo haría después su hijo Rafael, en una constante presencia del apellido Fuentes en la Flagelación que ahora está representado por su sobrino Francisco Miguel y el hijo de éste, Juan. Todo ello, sin olvidar la importante presencia de los Hernández en la historia de la cofradía. La relación de la familia de Amable con la Flagelación hay que buscarla también en el hermano Venancio Fernández, en cuya casa se celebraron las juntas desde los años 20 del siglo pasado, y al morir este último, su hermana, Gervasia Fernández, será admitida como hermana reservada y las juntas se seguirán celebrando en su casa hasta los años cincuenta.

En el recuerdo queda su ingreso en la cofradía el año en que su padre sirvió por segunda vez el paso, que él lo haría en 1954; sin olvidar todos los años que lo portó a hombros o cuando su padre, importante comerciante de la localidad, trajo de Barcelona el terciopelo para 19 túnicas nuevas.     

El acta del 14 de abril de 1914, en el que se da cuenta de las celebraciones del centenario de la Flagelación,  finaliza con el deseo de que “Nuestro Divino Jesús nos lleve en su compañía y suplicamos a los hermanos que nos sucedan que no se olviden de nosotros en sus oraciones así como nosotros lo hemos hecho con nuestros antecesores”. Después de una larga batalla con la enfermedad, Amable Fuentes dejaba este mundo en una Semana Santa, a pocas horas de que su querido paso de la Flagelación, que tantas veces cargó sobre sus hombros, volviera a salir a la calle desde la iglesia de Santiago, donde sus hermanos de la cofradía, sus hijos, familiares y amigos  le esperaron para acompañarle el pasado miércoles. Ahora, Amable ya está junto a su Divino Jesús y todos los hermanos que marcharon antes que él.

A toda la familia y a los cofrades de la Flagelación, nuestras más sinceras condolencias. Amable, descansa en paz.

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