A fines del siglo XVII los Barbadillo cambian de nuevo su residencia. Por razones que ignoramos, pero suponemos, trasladaron su hogar a Tordehumos y Villabrágima, porque en ambas villas enlazaron por matrimonio con hacendadas familias. Precisamente en esta última población –de la que varios Barbadillo fueron procuradores y alcaldes ordinarios- aún se conserva en pie la casa mayorazga familiar, una vivienda dieciochesca, con la piedra armera del linaje en la fachada, en la que figura claramente la leyenda: ARMAS DE LOS BARBADILLO.
Este mismo edificio fue escenario de una curiosa (a la vez que breve) anécdota amorosa, entre una mujer de esta familia, Antonia de Barbadillo y Castro, y el capitán británico del Regimiento no 15 de Húsares, Alexander Gordon. La historia fue recogida, de manera un tanto novelesca y fantasiosa, en el número 303 de la Revista de Defensa, que salió a la luz en abril de 1965. El artículo titulado “La campaña inglesa por Tierra de Campos en 1808” corrió a cargo del General de Ingenieros de la VII Región Militar, Esteban Collantes Vidal. En él se cuenta como las tropas británicas que se desplazaban en esos momentos hacia Galicia, llegaron a Villabrágima en diciembre de 1808 con un favorable recibimiento por parte de la población. El día 17, en concreto, lo hizo el capitán Alexander Gordon, que por su rango de oficial fue alojado en una de las casas principales de la población. Ésta fue precisamente la de Don Francisco de Barbadillo Cebrián, que tenía una hija de 24 años llamada María Antonia Nemesia.
El idilio entre míster Gordon y Antonia fue flor de un día, o mejor dicho, de escaso día y medio, que fue lo que permaneció en el municipio y en casa de los Barbadillo el capitán británico. El militar inglés no era dado a perder el tiempo y en las pocas horas en las que estuvo en Villabrágima, logró merced a su zalamería, que Antonia Barbadillo se comprometiera a continuar la relación con él por carta y a acompañarle a Inglaterra una vez acabada la guerra.
No sabemos qué fue de Antonia, pero sí del capitán Alexander Gordon, que en 1811 contrajo matrimonio con una nieta del conde de Buckinghamshire, con la que tuvo nueve hijos. Quizá la lejanía, o una boda pactada de antemano por alguna de las partes -o por las dos-, fue lo que truncó el final rosa para esta pareja. Lo cierto es que muchos años más tarde el oficial inglés aún seguía acordándose de aquella very beautiful and agreeable young woman de Villabrágima y con todo lujo de detalles redactó la anécdota en sus memorias, que fueron publicadas a principios del siglo XX con el título “A Cavalry Officer in Corunna Campaing, 1808-1809. The journal of the Captain Gordon of the 15th hussars”.