La fábrica de harinas San Antonio ofrece en julio visitas teatralizadas

La Diputación de Valladolid ha puesto en marcha esta iniciativa que tiene lugar los sábados a las 18.30 horas y que podría ampliarse al mes de agosto

Miguel García M.


Las personas que durante el mes de julio se acerquen los sábados por la tarde a Medina de Rioseco para visitar la fábrica de harinas San Antonio se encontrarán con la grata sorpresa de una visita teatralizada que ha puesto en marcha la Diputación de Valladolid.

La actividad se inició con éxito el primer sábado del mes con un grupo de cerca de 40 personas, algunas de las cuales estuvieron de acuerdo en aplaudir la iniciativa como «algo diferente que hace que la visita sea más interesante y sorprendente».

En la visita teatralizada, que se inicia a las 18.30 horas, se mezclan las explicaciones de la guía Segunda Martín con las intervenciones, muchas veces divertidas, de un actor que interpreta a uno de los trabajadores de la Fábrica que va contando distintas anécdotas.

La entrada general es de 2.5 euros para adultos y de 1.5 para niños, siendo para grupos de 2 euros para adultos y de 1 euro para niños, que hasta tres años no pagan. La organización espera que la actividad tenga el éxito del primer día con el fin de que se lleve a cabo también durante agosto.

Visitar la Fábrica de harinas San Antonio es regresar a los tiempos de oro del Canal de Castilla. El inmueble, que data del año 1852, es un edificio con distintos cuerpos y alturas que alcanza cinco pisos en el cuerpo principal. Tiene estructura de madera con muros de ladrillo que arrancan de un zócalo de sillares de piedra. Su interior alberga una magnífica maquinaria en excelente estado de conservación que data de las distintas épocas por la que ha pasado una fábrica que en sus mejores años llegó a tener 15 obreros y molturar 30.000 kg. de trigo en 24 horas, permaneciendo en actividad hasta el año 1991 en el que se produce su cierre definitivo.

En la planta baja se localiza la transmisión de los molinos, la turbina general, dos motores eléctricos supletorios, que funcionaban si no había agua suficiente, y el almacén de piensos. La primera planta presenta seis molinos, (la mayoría suizos, los famosos Daverio) y maquinarias de limpieza. En la planta  segunda se encuentra las maquinas de limpia y tubos de conducción, mientras que en la tercera está la máquina de cernido y cernedores. En la planta cuarta se produce el final de la elevación.

La Fábrica fue adquirida hace años por el Ayuntamiento riosecano con la ayuda de la Junta de Castilla y León y la Diputación de Valladolid, quien en la actualidad se encarga de organizar las visitas como un atractivo más junto al paseo en barco por las aguas del Canal de Castilla.

Sin duda, se trata de un emblemático edificio que la Junta de Castilla y León declaró en marzo de 2010 Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento como singular ejemplo del Patrimonio Industrial de Castilla y León que es necesario proteger y conservar.

share on: