La escuela del Circo alegró el corazón de los niños

Cerca de doscientos niños participaron en la escuela circense organizada por la Obra Social de Caja España-Caja Duero.

Texto: Teresa Castilviejo / Fotos: Miguel Marbán

Bajo el lema «Juguemos en la Plaza», cerca de doscientos niños de Medina de Rioseco y la comarca pudieron disfrutar de una jornada de circo durante la tarde de ayer gracias a la  Obra Social de Caja España-Caja Duero.

Esta actividad lúdico-formativa abierta y gratuita, celebrada en el Polideportivo Cubierto, permitió conocer de primera mano a los más pequeños los entresijos del mundo del circo donde no han faltado la técnica de los malabares, equilibrios y acrobacias. Ante la atenta mirada de padres y abuelos los más pequeños jugaron con los diábolos, malabares, triciclos, pelotas y los más intrépidos con grandes saltos en las colchonetas, demostrando así  sus habilidades circenses.

Desde la Obra Social de la entidad financiera aseguraban que la escuela de circo potencia las relaciones sociales entre los participantes, valor esencial del proyecto. «Los malabares y equilibrios, además de la interacción social, favorecen el desarrollo de la psicomotricidad», apostillaban.

La escuela de circo del programa ‘Juguemos en la plaza’ se estructura en tres disciplinas: malabares, equilibrios y acrobacias para las cuales sus organizadores aconsejan a los participantes seguir una serie de consejos, como el calentamiento, el acercamiento a las disciplinas, el perfeccionamiento y la gala final en el que todos los niños demuestran sus aprendizajes.

Uno de los momentos más emocionantes de la jornada fue cuando El Gran Rufus deleitó a todos las personas que se congregaron en el Polideportivo Municipal con sus malabares y equilibrios.

Para Ana de tres años la experiencia ha sido muy “divertida”. “He jugado con mis amigos con juegos que nunca lo había hecho”, comentaba con una gran sonrisa. A buen seguro, muchos de los  participantes habrán soñado con ser los protagonistas de un gran circo.

Fotografías por Miguel Marbán y David Carpintero

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