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La séptima edición de la Feria del Caballo Ciudad de los Almirantes tocó a su fin este domingo y lo hizo siguiendo la tónica predominante durante todo el fin de semana: la de la gran concurrencia con la que ha contado el recinto ferial y la participación en espectáculos ecuestres y conciertos.
Más de trescientas personas se reunían en la misa rociera que ofició el padre Oterino y que contó con la participación el coro rociero Flor de Jara. La mañana fue de los niños con la actuación del mago Josman, que hizo las delicias de los más pequeños. Vermú animado en la carpa instalada junto a la dársena del Canal de Castilla.
Tras la obligada siesta después de dos intensas noches, la tarde tuvo varias citas: la yeguada La Malena de Villabrágima ofreció paseos infantiles en poni, mientras que este periódico –La Voz de Risoeco- celebró como es habitual su programa radiofónico especial de la Feria del Caballo. Más tarde el espectáculo Flamencus, a cargo del grupo Embrujo de Castilla –una de las novedades de esta séptima edición- desplegó un estético espectáculo donde doma, canción en directo y bailes fueron protagonistas junto a los caballos participantes.
María de Mena cautivó con su chorro de voz en el que iba a ser el último concierto de la feria. Un gran sorteo de regalos clausuró el fin de semana caballista. Jesús Pérez, presidente del Club Hermanos Peralta, hacía un balance más que positivo del resultado de la feria. “creemos que ha contado con importantes novedades, hemos consolidado lo que ya funcionaba bien y hemos contado con la presencias de miles de personas durante los tres días”.
