La cofradía riosecana de San Juan de la Cruz celebró este domingo la festividad de su patrón con una eucaristía celebrada, por vez primera, en la restaurada iglesia de San Pedro Mártir. Al filo del medio día el estruendo de cohetes anunciaba la fiesta, mientras la veintena de cofrades se personaban en la casa del Mayordomo, que este año recaía en el joven riosecano Anselmo Matas.
Con la Vara Mayor presidiendo, el párroco Juan Carlos Fraile celebró la misa en honor al santo, fallecido el 14 de diciembre de 1591. Este año la hermandad ha intentado que una imagen, que se custodía en el convento de San José, pudiera presidir la celebración, pero las gestiones con las monjas carmelitas han sido imposibles, según han confirmado desde la propia cofradía.
Tras la misa, los hermanos han sido invitados por el mayordomo a un almuerzo. Para Anselmo Matas el día fue “inolvidable” y habla del “orgullo” que ha supuesto servir esta cofradía. Es su primera experiencia como mayordomo, pero “poco a poco” llegarán más ya que este joven riosecano pertenece a un buen puñado de hermandades.
Si esta cofradía tiene sus propias característica, también posee la singularidad de ser una de las muy pocas que existen dedicadas a San Juan de la Cruz, según afirmó el vicario provincial de los Carmelitas de Castilla, Luis Javier Fernández Frontela, durante la conferencia que, sobre El Carmelo Descalzo en Medina de Rioseco, ofreció el pasado año. Fernández Frontela señaló que sólo conocía, además de la riosecana, la cofradía de Úbeda, localidad jienense en la que murió Juan de Yepes Álvarez en 1591.