
Con la intención de “solemnizar” esta fiesta, la cofradía realizó una serie de gestiones con la comunidad de Carmelitas Descalzas, titulares del cenobio riosecano, y con el obispado. Finalmente cedieron la talla para la ceremonia que se celebró el pasado domingo en la iglesia de San Pedro Mártir, con la eucaristía presidida por el párroco Juan Carlos Fraile.
Desde la Cofradía no se descarta que en años sucesivos se pueda procesionar, pues la talla tuvo este uso, como así lo atestigua el tornillo que conserva en su base. No obstante, se agradece la cesión por parte de la comunidad carmelita. Pérez de Castro, perteneciente a la cofradía desde hace tres años, explica que en la actualidad se cuenta con 27 cofrades (este año ha habido dos altas).
“Es una cofradía pequeña, muy unida y familiar, con buena armonía entre todos”, apunta, antes de concluir diciendo que es “un gran honor ser el Mayordomo y poderlo compartir las vivencias a lo largo de todo el día con los cofrades de muy diversas edades”.
Por su parte, el presidente Jesús San José recuerda cómo heredó esta tradición de su suegro desde hace más de cuarenta años. Las normas indican que el Mayordomo debe ofrecer un refresco, y todos los cofrades además luego celebran una comida. San José anima a los riosecanos a que formen parte de esta popular hermandad.
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