La Cofradía de San Juan de la Cruz celebra su fiesta

Los hermanos estrenaron las medallas que, en bronce, han realizado Frutos y José Sánchez, padre e hijo, componentes de esta popular cofradía riosecana

Miguel García

Un año más, la Cofradía de San Juan de la Cruz, de Medina de Rioseco, celebró ayer la festividad de su santo titular, que murió el 14 de diciembre de 1591. A media mañana, el estallido de los cohetes anunciaba el inicio de la celebración cuando los más de 20 hermanos, que componen esta centenaria cofradía, acompañaron al mayordomo de este año, Rubén García Reguera, desde su casa hasta la iglesia de Santa María, en la que tuvo lugar la misa, que fue oficiada por el sacerdote de la parroquia Juan Carlos Fraile.

Como es costumbre, el mayordomo, que portó la vara de la cofradía, obsequió en su casa a los cofrades con dulces y orujos. Tras la misa, el estallido de los cohetes volvió a sonar y los cofrades tuvieron la reunión anual para tratar distintos temas antes de que se llevara a cabo una comida de hermandad en el Restaurante de La Rúa por invitación de mayordomo. García Reguera mostró su alegría por ser mayordomo y recordó cómo había entrado en la cofradía hacía tres años gracias a su tío Luis Ballesteros.

Este año, los cofrades han lucido medallas nuevas que, en bronce, han sido realizadas por los riosecanos Frutos y José Sánchez,  padre e hijo, pertenecientes a la popular familia de artesanos del bronce conocida como Chavoski. Los dos, al igual que su padre y abuelo, también llamado Frutos, forman parte de una cofradía cuyo presidente, Jesús San José, manifestó el deseo de poder tener una imagen de San Juan de la Cruz con el fin de poder sacarla en procesión.

Es posible que la devoción en Rioseco por San Juan de la Cruz haya que buscarla en la existencia en la localidad de dos conventos Carmelitas, uno desaparecido de frailes llamado de Nuestra Señora de la Encarnación, que, fundado en 1588 bajo el patronato de Ana de Mendoza, mujer del séptimo almirante de Castilla, Luis II Enríquez de Cabrera, estaría situado en el lugar que hoy ocupa la plaza de toros, y el otro de monjas que, fundado en 1602 bajo la protección de Vittoria Colonna, esposa del octavo almirante de Castilla, Luis III Enríquez de Cabrera,  sería el existente de San José que hace años abandonaron las religiosas. En la iglesia del convento femenino, junto al retablo mayor se conserva sobre una ménsula una escultura de San Juan de la Cruz del siglo XVII. Otra escultura de este santo, también del siglo XVII, habría existido en el claustro bajo. Quizás sea esta talla la que algunos hermanos recuerdan que habría presidido las celebraciones el día de la fiesta.

share on: