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Fue una tarde semansantera y sobre todo con una gran dosis de emoción. Las calles de Rioseco se volvieron a llenar de Semana Santa con los sones de las bandas de cornetas y tambores del Cristo de la Clemencia, Minerva y Vera Cruz de León y la agrupación musical, también leonesa, Dulce Nombre Nazareno. Las tres bandas participaron en el séptimo certamen Acordes de Pasión, que organiza el grupo musical riosecano.
Tras un animado pasacalles con más de doscientos músicos, el Teatro Principal acogió una actuación cargada de emotividad, que fue dedicada al que fuera tesorero de la Junta de Semana Santa, Vicente Martín, fallecido el pasado año. Su mujer, Begoña Cortés, fue la encargada de presentar el acto y de recordar que las túnicas ya salen de los arcones porque la Pasión es inminente y «con prisas ya de que llegue la Semana Santa».
Tras las actuaciones de las dos bandas leonesas, el momento más especial del concierto fue el estreno absoluto de la marcha Los Santos Varones, compuesta por el toledano Daniel López Martín, y que ha sido dedicada a la hermandad del Descendimiento, que celebra este año el 350 aniversario de la creación de su paso.
El presidente de esta popular cofradía, Jesús Vicente Brezmes, emocionado recogió la partitura y explicó que a partir de este momento se crean “unos vínculos entre nuestra hermandad y la banda del Cristo de la Clemencia”, antes de concluir diciendo que siempre “os llevaremos en el corazón”. La actuación de los riosecanos se completó con Toque de oración (dedicada al recordado Vicente Martín), Novena Trabajadera, Nazareno de Salud y Marinero de Esperanza.
La Voz de Rioseco también quiso ser homenajeada por la banda de cornetas y tambores del Santo Cristo de la Clemencia, perteneciente a la Junta de Semana Santa, por su labor de difusión de todas las actividades que organiza y en las que participa esta agrupación, compuesta por más de una cuarenta de músicos. Uno de los editores del diario digital agradeció la mención y dijo que “ser la voz de la Semana Santa y de sus bandas musicales no solo es una obligación y un honor, sino todo un lujo”.
En definitiva, una tarde en la que el ambiente hizo que los poco más de cincuenta días que aún restan para la Semana santa se pasar de un plumazo y todos los presentes imaginaran esos acordes de pasión en las calles riosecanas entre Cristos, cofrades, faroles y pasos.
